• 03/06/2015 02:00

Sin miedo

Si queremos hablar de un país justo y sin corrupción, hay que atacar el problema de raíz y hacer pagar a todos...

En medio de las duras acusaciones por ilegalidades en la FIFA, el suizo Joseph Blatter, reelecto como mandamás de la Federación Internacional de Fútbol apenas hace cuatro días, dejó el cargo que ocupó por 17 años. La semana pasada varios de los más cercanos colaboradores del dirigente fueron detenidos por estar vinculados a graves casos de corrupción. A muchos les parecía absurdo que si el lodo salpicaba a los grandes dirigentes de la FIFA, no manchara a su presidente. La renuncia misteriosa y repentina deja más que claro que el lodo cubre a Blatter, quizá más que a sus propios allegados. En Panamá, casi todo el Gobierno anterior ha sido acusado de cometer o ser cómplice de casos de corrupción. Hasta ahora se ha señalado a varios ministros, directores y funcionarios de alta jerarquía y al propio expresidente Ricardo Martinelli. Si en la FIFA no hubo miedo para actuar y llevar ante la ley a los más grandes de ese organismo, incluyendo al todopoderoso Blatter, ¿por qué la justicia panameña no puede hacer lo mismo y actuar con valentía y hacer valer el hoy tan popular eslogan: ‘Caiga quien caiga'? Si queremos hablar de un país justo y sin corrupción, hay que atacar el problema de raíz y hacer pagar a todos, no importa el nombre, cargo o poder adquisitivo.

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