Con un consumo individual promedio de 370 litros de agua al día, Panamá más que duplica el rango internacional y multiplica 7.4 veces la cifra recomendada por persona de la OMS (50 litros al día). El pasado mes de junio, el más seco en la cuenca del Canal en los últimos 102 años, coincide con el anuncio de un fenómeno de El Niño especialmente riguroso y alteraciones en las precipitaciones que para estas fechas ya deberían ser frecuentes, en una temporada de invierno que no termina de cuajar. Así las cosas, nuestra importante vía acuática se prepara para tomar medidas que podrían condicionar el calado de los barcos que la transitan, siendo el motor de los esclusajes la misma agua dulce que surte a los principales focos de población. La ACP reduce en previsión de carestía y lanza un mensaje de reflexión importante que todos deberíamos considerar. Con una pérdida aproximada del 43 por ciento en las tuberías de distribución, los panameños cuidamos muy poco un recurso del que la naturaleza nos ha dotado con creces, pero que ni llega igualmente a todos ni se consume con criterio. Lavamos el carro con manguera y también la acera, dejamos correr la ducha mientras preparamos la toalla, se friegan los platos dejando correr la pluma y usamos el inodoro como basurero. Aun en las zonas donde no hay suministro regular de agua, hace falta la cultura del ahorro. Y hasta quienes aseguran que hay recurso para rato coinciden en que ha llegado el momento de racionalizar. La iniciativa del Canal de Panamá debe ser un llamado de atención para todos y un ejemplo a seguir.

Lo Nuevo