Una reculada sospechosa

Después de haber colocado esta semana resaltos en un tramo de la vía Arraiján - La Chorrera, para evitar que los malos conductores utilicen los hombros como un carril de circulación adicional, la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) decide, sin mediar explicación alguna, retirarlos. ¿Cómo es posible que una medida aplaudida y celebrada por los buenos conductores haya sido suspendida, sin una explicación coherente? Es absolutamente incomprensible esta ‘reculada', acompañada de ‘medidas alternas', que no son más que la ya conocida inversión de carriles en horas pico. Esta incomprensible decisión no se compagina en lo absoluto con el deseo expresado por las autoridades de erradicar el juegavivo en las calles, que no es más que una forma de corrupción. Estos ‘dispositivos' fueron adquiridos a un costo determinado, pero ahora, parece que esta compra resultó dinero de los contribuyentes tirado a la basura, y de la manera más absurda. Mala señal le da esta medida a los conductores que respetan las normas de tránsito, y a la ciudadanía en general; porque lesiona gravemente la credibilidad de una institución en particular, y de un Gobierno, en términos generales. El paliativo de ‘vigilancia y supervisión' anunciado por la ATTT es la misma pastilla con la que nunca se ha resuelto el juegavivo de los que usan los hombros de las vías como un carril adicional; porque es como una moda que termina cuando la gente mira hacia un lado, hastiada de que le tomen el pelo.