• 03/10/2015 02:00

El adiós a un hombre valiente

Descanse en paz, don Eric Arturo Delvalle. La patria se lo agradece

Eric Arturo Delvalle fue un presidente de la dictadura militar. Es cierto. No llegó de una forma democrática; sin embargo, hizo algo que ninguno de los que fue partícipe de aquella época se atrevió: se enfrentó a Manuel Antonio Noriega y a la cúpula de las Fuerzas de Defensa. Tuvo el valor de pensar en la patria y decidió que ya era suficiente del yugo militar que oprimía a la nación. Y, como un hombre valiente, tuvo el coraje de salir en televisión abierta e informar que separaba a Noriega del cargo. Sí, al final no salió bien y el que terminó destituido fue él. Para muchos, ha sido motivo de burla este suceso; no obstante, hay que analizarlo en el contexto que se merece. Quizá ese fue, realmente, el principio del fin de Noriega. Finalmente, alguien de adentro, y no un militar, estaba claro de que ya la patria no podía más y, a costa de su propia integridad y la de su familia, tomó la decisión de sacrificarse por la patria. A Delvalle se le criticará su vinculación a los militares; pero rectificó y eso es lo más importante: se arrepintió y trató de resarcir su error. Se ha ido un valiente. Un valiente por lo que hizo y un valiente, porque tuvo el coraje de admitir que estaba del lado incorrecto. El enfrentarse a uno mismo exige mucho más que enfrentarse al de afuera. Descanse en paz, don Eric Arturo. La patria se lo agradece.

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