• 26/03/2016 01:00

Agua y avaricia...

El agua es nuestro mayor tesoro. Tenemos que usarla racionalmente y cuidar de todos nuestros afluentes

Aproximadamente el setenta por ciento del cuerpo está constituido por agua; de aquí su carácter de líquido vital. Millones de seres humanos sufren escasez de agua y de saneamiento; lo que se traduce, sobre todo en niños, en sufrimiento y muerte. Nuestra Constitución Nacional establece que el agua no puede ser objeto de apropiación privada, así como también dispone el deber de reglamentar, fiscalizar y aplicar las medidas necesarias para garantizar que la utilización y aprovechamiento de las tierras y aguas se lleven a cabo racionalmente, de manera que se evite su depredacción y se asegure su preservación, renovación y permanencia. Pero ahora, los apóstoles de la avaricia e idólatras del libre mercado, afirman que lo más conveniente es ordenar el uso del agua, para asegurar el suministro, convirtiéndola en mercancía. Pretenden la aprobación ciudadana, para atiborrarse los bolsillos, privatizando Bayano, y quién sabe luego el Chagres, el río Indio y todos los afluentes del Canal... Por la defensa de la vida, asumamos el imperativo ético e histórico de no permitirlo. El agua es nuestro mayor tesoro. Lo que tenemos que hacer es usarla racionalmente y cuidar de todos nuestros afluentes, no como hasta ahora que lo que hacemos es destruirlos.

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