• 27/03/2016 01:00

Compra de medicamentos

Lo urgente, racional e inaplazable es una política nacional de salud, que ponga primero a la población

A nualmente, en el mundo se movilizan más de tres mil billones de dólares en servicios de salud, un objetivo atractivo para el abuso. A fines del año pasado, solo la Caja de Seguro Social (CSS) licitó compras de medicamentos biológicos y biotecnológicos por unos $77 millones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que en los países menos desarrollados hasta el 25 % de todos los medicamentos es falsificado. Se comercializan medicamentos subdosificados, o sea, reduciendo la concentración de los principios activos. Se desvían medicamentos, se aprueban compras con sobreprecios o de medicamentos próximos a vencimiento. En síntesis, con los medicamentos, el afán de lucro tiene grandes y ventajosas opciones. Los fabricantes y las empresas comercializadoras saben que los mayores márgenes de ganancias están en los medicamentos de patente, por tanto la facultad de reemplazarlos por productos genéricos, de bajo precio, la consideran perjudicial; lo que motiva eliminar los factores de distorsión del mercado, llámese laboratorios institucionales. Los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio son esenciales para los fabricantes, aunque ello impida el acceso a los medicamentos básicos a gran parte de la población mundial. Lo urgente, racional e inaplazable es una política nacional de salud, que anteponga las genuinas necesidades e intereses de la población.

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