El brote de A (H1N1) se ha convertido en un problema de salud pública de grandes proporciones. La situación ha llegado a estos extremos por diversas razones. (Falta de coordinación, duplicidad de funciones y liderazgo del Minsa). Aunque no se puede determinar con certeza dónde inició este problema, solo basta recordar que varios cubanos (tráfico ilegal de humanos) que estuvieron en la frontera con Costa Rica, padecieron la infección. Si allí pudo empezar el contagio, que se ha extendido a todo el país, es oportuno recordar que los ilegales isleños y transcontinentales cruzaron todo el país sin ningún impedimento y estuvieron hacinados en condiciones infrahumanas, que predisponen aún más el riesgo epidemiológico. ¿Qué hicieron el Senafront o Migración por evitar y contrarrestar esta avalancha migratoria? Si el A (H1N1) lo trajeron los ilegales como el Zika, que nos quede de experiencia que nuestras fronteras tienen que ser resguardadas con mayor fortaleza para cerrarle el paso al ‘comercio ' de humanos. El problema no es solo la migración simple, organizada y estimulada de personas, sino un asunto de seguridad sanitaria. Los cubanos, africanos, haitianos, etc., cruzaron el país como ‘Pedro por su casa '. Cuando a cualquiera que se disponga a ir hacia un país determinado, Brasil, p. ej., le exigen estar vacunado contra ‘X ' o ‘Y ' enfermedad. ¿Qué se le puede pedir a personas que migran de un país a otro, trasladándose por medios informales o simplemente caminando? Hay que ser responsables y no permitir que nuestras fronteras sean tan permeables y burladas. Hay que proteger a nuestra población y una de las formas es impedir el tráfico de personas o la migración informal.

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