Una reconciliación necesaria

Los panameños hemos fallado en el manejo del Estado. Y esto hay que reconocerlo para poder emprender una reestructuración general del país. Panamá sufrió un golpe de Estado en 1968, porque a las fuerzas políticas les importaron más sus intereses económicos que el bien común, de la sociedad. En 1989 sufrimos la invasión militar de los Estados Unidos, porque los golpistas del 68 cayeron en los mismos vicios que los políticos de antes del golpe. En los 26 años de ‘democracia', tenemos un país con pésimos servicios de salud, educación, seguridad, agua potable, etcétera. Y lo peor es que ahora se agrega un país dividido porque, so pretexto de combatir la corrupción, lo que se hace es perseguir para anular a adversarios políticos, violando todas las garantías individuales. Para empezar tenemos que reconciliar el país y ello requiere reunir a todas las fuerzas vivas y llegar a entendimientos. Esos entendimientos requieren poner todas las cartas sobre la mesa, sobre todo aquellos temas espinosos como la Constituyente, la CSS, educación, reformas al Estado... Hay que volver a empezar, porque los 26 años de ‘democracia' han sido beneficiosos para un minúsculo grupo del país, que se benefició de la riqueza, porque el grueso de los panameños no ha mejorado en su economía y mucho menos en su desarrollo. ¡Manos a la obra!