Hay que lamentar lo que sucede en México, donde los periodistas pierden la vida por cuenta de sus investigaciones. Si traemos la situación a Panamá, el camino hacia esa desgracia parece que ya está trazado. Nadie duda cómo se hace periodismo en el país que, lejos de ser independiente, se está convirtiendo en defensa de intereses.

Es triste ver cómo el libre periodismo se mutila. Se ataca. Se trastoca. Lo más crudo es que las amenazas pululan, y no solo de los entes gubernamentales. Las ‘investigaciones' se hacen con un sentido para infligir daño, no con el ánimo de develar la verdad.

Por desgracia, este país es muy pequeño y los intereses se han tomado el periodismo. Solo algunas voces se atreven a denunciar lo que ocurre y, por fortuna, la población está abriendo los ojos.

La investigación periodística tiene que tener un sentido de apego a la verdad y de fomentar cambios hacia lo correcto. Se trata de fomentar una real democracia, no de conducir el país hacia una división de clases de buenos y malos.

No podemos aceptar que el seudoperiodismo de investigación promueva la violación de las leyes y hasta de los derechos humanos. Si continuamos con este periodismo ‘investigativo' que solo defiende o ataca intereses, estamos conduciendo el periodismo hacia lo que ocurre en México, donde los que se atreven a decir la verdad son vilmente asesinados.

Ya aquí estamos en el periodismo donde el que dice la verdad recibe como respuesta ataques soeces por las redes o las llamadas telefónicas con amenazas veladas y las campañas de desprestigio. Hay que parar esto, y pronto; de lo contrario, lo que pasa en México será un detalle.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus