Cambiar el sistema antes que elecciones

Insistimos que si no se corrigen los males, seguiremos sumidos en las garras de la corrupción por el próximo quinquenio. Lo peor es que se está empujando el proceso electoral, donde habrá, como los últimos cinco, solo un cambio de figuras, porque la estructura seguirá intacta. Y es que el sistema está colapsado y el próximo presidente o presidenta va a tener que lidiar con esa realidad. Sin embargo, el problema es de la sociedad, de los entes organizados, de las personas en general y debemos organizarnos para cambiar el sistema. Es tan grave la situación que con el actual sistema, si gobierna un santo, a los cinco años sale corrupto, porque el sistema se lo traga. Ya la maquinaria está diseñada para la trampa y no hay forma de corregirla si no es destruyéndola. Es por eso necesario que antes de pensar en elecciones, tenemos que cambiar el sistema. El presidente Juan Carlos Varela prometió en su campaña pasada una Constituyente y ese era el camino correcto. Cuando llegó al poder, fue atrapado en el sistema y hasta ahora, en los últimos meses de su mandato, todavía sigue inmerso en la decisión de no convocarla. En su lugar hay quienes proponen que la Constitución sea reformada a través de las dos Asambleas. El problema estriba en que la Asamblea es el principal problema y donde nace la corrupción, porque no cumple su papel de contrapeso. Mal se les puede pedir a los diputados que resuelvan este asunto cuando serían ellos mismos los más afectados. El presidente Varela, en conjunto con los entes organizados del país, pueden llevar adelante este proceso. Lo que no debemos hacer es llegar a las elecciones con un sistema agotado y proclive a la corrupción.