¡Feliz Navidad!

Difícil apartarse de la senda que recorre Panamá, el país del crisol de razas, de gente buena, del Canal; de la gente del pregón y del pesca'o frito… Y es difícil, porque estamos sumidos en una nube perversa de corrupción, donde los protagonistas se acusan mutuamente y salen a decirnos que son la solución. Pero los panameños ya sabemos dónde están nuestros males y ya están preparando su solución. Por eso esta Navidad es importante, porque nos permite darnos valor para destetarnos de esta plutocracia que nos ha exprimido por años y que se ha vendido como grandes demócratas, mientras a nuestros pies la educación empeora, al igual que la seguridad, los servicios de salud, el ánimo de la población…, etc. Esta Navidad de 2017 será recordada por el destape de los corruptos; la fecha en que se nos hizo realidad el deseo de que algún día supiéramos la verdad de los verdaderos corruptos del país. Y poco a poco la verdad empieza a salir, a ver la luz, a aflorar pese a los intentos para mantenerla oculta. Y no se trata de una persona, un partido o un adinerado. Se trata de la raíz de lo podrido que empieza a aflorar, porque aquellos que se vendieron como los grandes honestos, ahora se esconden porque los alcanza el tufillo de sus pecados. Esta Navidad será recordada por el despertar de la sociedad que a gritos exige un cambio de sistema que le permita vivir en armonía y con igualdad de oportunidades. Se siente en la calle, en las redes, en el hogar. Es el despertar de Panamá. ¡Feliz Navidad!