Escuelas de calidad

Todos los años las cifras nos alarman. ¡La deserción escolar y los fracasos!, nos escandalizan. ¿Pero qué hacemos para resolver el problema? Quizás no se le esté metiendo mente a este problema y dejamos que las cosas sigan su curso, como es la costumbre. Empieza el año lectivo, los gremios docentes se quejan de las malas condiciones de las escuelas, docentes que no cobran, falta de docentes en escuelas, huelgas docentes por mejores salarios, fracasos y deserción escolar. Este es el círculo vicioso de hace lustros, pero nadie atiende, nadie resuelve, nadie cambia este sistema perverso. Para empezar, lo que debemos hacer es dotar a cada pueblo, de escuelas de calidad, sí, de esas que los estudiantes no quieran salir de ella y no como las de hoy que invitan a salir huyendo. El país invierte millones de dólares en subsidios, en obras no tan prioritarias y en cárceles y comida para presos, pero no vela por la infraestructura escolar. Cierto es que no podemos poner en cada pueblo una escuela del tipo Instituto Técnico Superior del Este (ITSE), pero sí podemos dotar a cada escuela de gimnasios, laboratorios, salón de música y buenas sillas. Podemos adaptar cada salón en un lugar ameno y acogedor y dejar atrás esas escuelas que para nada invitan a estudiar y buscar conocimiento. ¡Cambiemos la mentalidad de la forma de educar!