El necesario cambio radical

A diario se escuchan las quejas sobre los problemas del país. Pero la sociedad en su conjunto es arte y parte de todo y por tanto, sus miembros deben accionar el mecanismo participativo para que las cosas cambien. Para nadie es extraño que Panamá necesita un cambio radical, porque el modelo político imperante no funciona y fomenta la corrupción. Para dar solo ejemplos, tenemos el desastre en salud, educación y el sector agropecuario. En salud se construyeron hospitales y Minsa-Capsi sin tener un diagnóstico; sin saber qué recurso humano se necesitaba, etc. En educación, graduamos recurso humano en serie, como si fuera un producto para la venta a la cadena comercial. No hay una planificación sobre qué es lo que se necesita. Y en los niveles primario y medio, no se cuenta con una infraestructura adecuada que invite a los muchachos a estudiar. En el sector agropecuario, este está abandonado totalmente, favoreciendo las importaciones, que de manera irracional inundan al país precisamente en el periodo de zafra. Definitivamente, hay que retomar las cosas buenas del pasado reciente y adecuarlas al presente. No es mucho, pero la propia sociedad puede intervenir y hacer posible este cambio radical. Lo que no debemos seguir es como vamos, porque el rumbo será el desastre. Panamá es un país con un gran potencial y podemos ser un país de primer mundo. Hay que cambiar radicalmente la forma como lo estamos haciendo y nos encarrilaremos por el sendero del desarrollo. ¡Manos a la acción!