El deterioro de la democracia

La lucha por el control público se está agudizando. Y esto es el corolario al engaño en que la sociedad panameña ha sido sometida en el sentido de que los panameños vivían en una floreciente democracia. Parece que terminó el amor entre uno y otro bando y hoy, la lucha intestina por el control del poder, no puede ser más evidente. La sociedad panameña sí desea vivir en democracia, con justicia social, seguridad jurídica e igualdad de condiciones. El problema es que los sucesivos Gobiernos, desde hace 28 años, han remarcado la división del país en clases sociales: los ricos, la clase media y los pobres, pero solo atiende a los dos extremos: los ricos con ventajas enormes en el usufructo de la riqueza y los pobres con los subsidios. La equivocación en la política social es evidente y hoy la clase media que cada día es más pobre, empieza a hacer sentir su voz. Paralelo a esto, la lucha encarnizada en la clase rica por controlar los negocios desde el Estado, está pisoteando todo el país, al extremo que la justicia está claramente intervenida por los factores que influyen en esta sociedad. Los panameños no deben continuar con este grave problema y por eso es necesario que se entable un Gran Diálogo Nacional cuanto antes. Es positivo que sea la Concertación Nacional la que conmine a todos los sectores a sentarse a conversar y pensar el país por los próximos 50 o cien años. Lo que no cabe es la inercia de los sectores beligerantes y  no alcanzar acuerdos por el bien del país y donde todos salgan ganando y, en cambio, ocurra lo indeseable donde todos terminen perdiendo.