Huelga del Suntracs

Está en todo su derecho de aspirar a mejoras salariales. A lo que no tiene derecho el Suntracs es a trasladar a las calles lo que debe negociar en la mesa con los empresarios de la construcción. Sus acciones le complican la vida a terceros y están poniendo a los compradores contra la pared. Es un hecho. La industria de la construcción entró desde hace meses en un ciclo decreciente y no puede trasladar las exorbitantes demandas salariales del Suntracs a los compradores que están perdiendo poder adquisitivo y no pueden aspirar a una vivienda digna, pese a los subsidios del Gobierno. Abogamos porque se logre un acuerdo salarial razonable, cónsono con el estado actual de la industria de la construcción y la situación económica del país, donde la inflación no supera el 1 %. Un aumento salarial del 60 %, cuando tienen ingresos mensuales superiores al resto de los sectores productivos, es una distorsión económica. Con sus acciones de hecho, el sindicato rechaza también mejorar su productividad en momentos en que la mano de obra representa casi la mitad de los costos de construcción de edificaciones. En una huelga todos pierden. Pierden los trabajadores, los empresarios, la economía y el Gobierno.