• 15/05/2018 02:00

La dignidad

‘Para acabar con la corrupción (se) empieza en el hogar y solo con acciones simples, pero firmes'

La lucha contra la corrupción parte de principios, de valores, de decisión y de dignidad. Para disminuir al mínimo la corrupción, hay que centrarse en estos puntos, fortalecerlos desde el hogar y luego en la escuela. Si analizamos el comportamiento de muchos de los funcionarios, la dignidad y la entereza les son ajenas. En Japón y otros países de Asia o Europa, la dignidad es algo sagrado. Los funcionarios, no importa si la presión es cierta o falsa, la dignidad los obliga a dejar sus cargos. En Panamá, la dignidad se ha ido perdiendo en el funcionariado y, por el contrario, ha crecido el juegavivo, el pocoimporta, la bajeza. La dignidad es una ‘cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden'. La dignidad es un sentimiento de valor propio. Forma parte de la responsabilidad de los padres y abuelos, inculcarlos y enraizarlos en cada niño. Si los panameños empiezan a cambiar su actitud y se esfuerzan por inculcar valores y sentimientos como la dignidad, es indudable que la sociedad panameña tendrá el valor y la entereza para sacar grandes líderes. Hay que despertar esa fuerza interior en cada hogar, porque no hacerlo es seguir en el abismo del poco importa y los corruptos seguirán haciendo de las suyas. El primer paso para acabar con la corrupción empieza en el hogar y solo con acciones simples, pero firmes como la dignidad y el reforzamiento de los valores morales. ¡Así de simple!

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