• 22/05/2018 02:00

Mensaje claro

 Lo prudente ahora es sentarse a dialogar, pero un diálogo franco y sincero entre interlocutores que tengan credibilidad

Por más que intenten resaltar el triunfo de Maduro en Venezuela, la realidad es que los chavistas recibieron un duro golpe con la inasistencia a las urnas. Pero tampoco resulta un triunfo de la oposición. Lo que ocurrió es que el pueblo venezolano envió un mensaje alto y claro de que no quiere seguir en esta guerra sin cuartel, donde quien pierde es todo el país. Ya no se trata de izquierdas o derechas, de comunismo o capitalismo; de lo que se trata es de que hay una sociedad dividida, que hay un país que se desangra, que hay venezolanos huyendo y desesperados porque su patria se autodestruye. Lo prudente ahora es sentarse a dialogar, pero un diálogo franco y sincero entre interlocutores que tengan credibilidad. Y es que la salida a la crisis no está en derrotar a nadie, porque Maduro no podrá sostener la caída y muchos menos la oposición puede asumir el Gobierno sin negociar con los chavistas. Ya es poco lo que pueden hacer los Zapatero o los Almagro. El turno puede ser del Parlatino o la Unión Europea, pero sobre todo para los líderes venezolanos que no quieren el poder para usufructuar sus recursos, sino aquellos que aman el país y lo quieren desarrollar. Quizás sería interesante la intervención chilena, que pudo transitar hacia la democracia después de la dictadura de Pinochet. ¿Y por qué no buscar la ayuda de Oscar Arias, quien facilitó el proceso de paz en Centroamérica? Lo que sí no está permitido, es que Venezuela siga hundiéndose más en el abismo.

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