• 31/07/2018 02:00

Erradicar el mal

 Es cierto que la expectativa de vida de los panameños ha aumentado considerablemente

Los problemas de la Caja son grandes y, aparte de económicos, son de actitud, ineficiencia y triquiñuelas. Este modus operandi fomenta la corrupción, la engorda y la mantiene, porque lejos de buscar el beneficio de los asegurados, lo que hace es esquilmarlo y cuando se tiene que pensar en modificar la ley de esta entidad para garantizar las jubilaciones, la eterna fórmula que proponen es exprimir a los cotizantes. Es cierto que la expectativa de vida de los panameños ha aumentado considerablemente, pero no con aumento de cuotas o edad de jubilación, ni con una combinación de ambas, es que se va a salvar la entidad. Hay que limpiar la casa de las mafias blancas, de esas grandes empresas y corporaciones que hacen millonarios negocios con la salud de los asegurados. No se debe permitir más la dejadez de un funcionariado poco eficiente que negocia hasta con las citas. El esquema generalizado en la Caja es una salud de caridad para los asegurados, quienes, luego de años de estar cotizando, se ven sometidos a una espera de meses o años para cualquier cirugía. La fórmula de licitar medicamentos, y que luego se forme una guerra legal entre empresarios por la adjudicación del pastel, dejando incluso a las farmacias de la entidad desabastecidas, es inhumana y cruel. El problema es que ningún director —ni los sempiternos miembros de la Junta Directiva— quieren cambiar este esquema. Y por algo será. Sin embargo, esto no está funcionando; tenemos una Caja sobrepoblada de funcionarios, un sistema de citas pésimo y una mafia blanca que no es eficiente para la institución. Esto hay que cambiarlo, y de manera urgente.

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