La posición geográfica de Panamá tiene un valor muy grande, pero hasta ahora nadie ha proyectado el cuánto. Si a esto se añade la biodiversidad, el clima, el agua dulce, la riqueza mineral, etc., la imaginación supera lo imaginable y la mejor respuesta es ‘invaluable'. Pero más allá de cualquier valor que se le pueda dar, es cuánto provecho económico se le puede sacar para satisfacer a toda la población. Hasta ahora los panameños se han regido por un esquema donde los más adinerados son los únicos que explotan parte de la riqueza nacional y de forma mediocre y mezquina. Por ejemplo, quieren puertos a la orilla del Canal, pero solo como negocio para ellos. Lo que debiera hacerse es un plan logístico integral y una industria de alta tecnología en las riberas de la vía acuática. Es solo un ejemplo de la pobreza del pensamiento criollo que ahora que entraron los chinos, la dimensión de lo que se podía hacer sorprenderá a propios y extraños. Son las incongruencias de mantener un modelo político absurdo que cada cinco años cambia de librito y lo único que queda son nuevos ricos a base de la corrupción. Estamos aún a tiempo para repensar el país y hablar claro de lo que Panamá necesita por los próximos 50 o cien años. Ya basta de proteger intereses individuales que, so pretexto de resguardar la ‘riqueza de unos cuantos', lo que hace es privar de enriquecer a todo un país. ¿Dónde están esos planes?

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