• 02/02/2019 01:00

Crisis de la Caja

Frenar la corrupción existente y empezar un proceso de reducción de personal para llevarla al nivel óptimo de funcionamiento de la entidad.

Los problemas acumulados en la Caja de Seguro Social vienen de arrastre. Es como una bomba de tiempo que en cualquier momento puede detonar y causar un desastre de grandes proporciones. Lo peor de todo no es la solución, sino el vampirismo entre las partes: Gobierno, empleadores, trabajadores y gremios internos en la institución. El Gobierno porque no toma una decisión y permite dejar pasar, so pretexto de que si enfrenta el problema, va a representarle un costo político. Los empresarios que solo ven que hay que subir cuotas y edad para las jubilaciones y pensiones, pero miran para otro lado con el latrocinio que hay en la venta de medicamentos, equipos y otros insumos para la Caja. Y los gremios internos que para mantener su membresía, no importa si la Caja está sobrepoblada de funcionarios. Si a esto se añade que hay una junta directiva que no dirige, sino que es cómplice, entonces la situación empeora. Pero como siempre hay que empezar por algo, la solución empieza con medidas internas de adecentamiento de la Caja. Frenar la corrupción existente y empezar un proceso de reducción de personal para llevarla al nivel óptimo de funcionamiento de la entidad. Antes de pensar en propuestas que le afecten el bolsillo a los asegurados, hay que resolver los problemas que atentan contra la Caja y que drenan sus recursos. Hay millones de dólares que la Caja pierde en corrupción y funcionariado innecesario y da tristeza que nadie le ponga el cascabel al gato.

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