• 11/04/2019 02:00

Una lección estratégica

Las excusas, entonces, brotan y cual bálsamo, alegan que el sistema está hecho para la partidocracia

De las cosas buenas de esta campaña presidencial sobresale el despertar de la población, que cuestiona y se manifiesta, sobre las sinvergüenzuras de los políticos. Aún falta, empero, que se organice políticamente y entre a influir donde debe hacerlo y como debe hacerlo. Y es que la democracia se sustenta en base a los partidos políticos, porque es a través de los partidos que se llega al poder. Hasta ahora, diversas figuras ‘individualmente' han intentado provocar el cambio, pero los resultados al final de la elección dejan claro cómo se llega a gobernar. Las excusas, entonces, brotan y cual bálsamo, alegan que el sistema está hecho para la partidocracia. No, la democracia es sustentada por partidos políticos, inventar otra cosa es eso, un invento. Sin embargo, con dos experiencias a cuestas, la lógica indica que los líderes políticos que surgen desde la sociedad civil, tendrán la oportunidad de formar sus partidos políticos con unos estatutos prístinos, de vanguardia y que conduzcan al fortalecimiento de esa democracia. Que sea un partido o varios nuevos partidos políticos que fomenten la participación de su membresía a través de debates, elecciones internas para acceder a los cargos; que sean beligerante en la sociedad, proponiendo y luchando por la igualdad social y la competencia entre los actores económicos. Esto bueno que ha surgido en esta campaña presidencial, promete cambios para el país. Promete el despertar de una sociedad que ha estado anestesiada por décadas. Pero no es satanizando los partidos políticos como se llega al poder; es fortaleciendo y penetrando los partidos políticos como se pueden hacer los cambios profundos que necesita esta sociedad.

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