El poder del pueblo

Cuando las personas buscan el poder del país, son muy conscientes de que necesitan el apoyo del pueblo, porque es quien tiene el poder. La realidad da luego un giro de 180 grados, porque quien se sienta en la silla presidencial lo primero que hace es creerse que ahora es quien tiene el poder y que el pueblo es su súbdito. ¡Craso error! Las diferentes elecciones presidenciales han demostrado quién verdaderamente tiene el poder y aquel que se creyó amo y señor, luego queda arrinconado, maltrecho y hasta despreciado, pidiendo clemencia para vivir con tranquilidad. Y lo cierto es que esta realidad es casi un calco en los diversos países latinoamericanos, porque los presidentes se olvidan que el poder emana del pueblo. Panamá tiene elecciones hoy y el pueblo ha de ejercer su poder. Lo menos que debe hacer quien gane, es respetar al pueblo, consultarlo, guiarlo y quererlo. Los pueblos a veces se decantan por el castigo y dan la oportunidad a que ascienda otro más perverso que el anterior. Lo importante aquí, empero, no es la equivocación, sino la fuerza de una sociedad a la hora de decidir quién gobierna. Que esta elección signifique para cada uno de los ciudadanos que su voto es el verdadero poder y quien gane, sepa llevar la nave del país por el sendero del desarrollo. Que recuerde que cinco años son solo una ventana de tiempo que le da el pueblo para que conduzca nuestra sociedad y que solo él o ella, logrará saber si lo hizo bien o lo hizo mal, cuando en las urnas nuevamente el pueblo se pronuncie y ejerza su poder.