El problema de la recolección de la basura, un tema de salud pública, es eterno y, lejos de resolverse, cada día se complica. Y es que el asunto no tiene solución, porque en el caos es que está el negocio. Resulta que mientras persista el caos, hay justificación para la compra de camiones recolectores, piezas, etc. Se arman supuestas canastas para la colocación de los desechos y se crea cuanta cosa para supuestamente resolver el problema de la basura que al final sigue igualito. Ya lo habíamos advertido desde esta misma columna, que la Autoridad de Aseo en el quinquenio pasado era como el PAN del gobierno de Martinelli. En pocas palabras, lo que debió hacer el nuevo director fue investigar todo el negociado que allí se realizó, pero por el contrario, la nueva administración ya contrató el alquiler de más camiones y hasta hizo algo novedoso con la contratación de una empresa para lavar estos vehículos. En primer lugar, la Autoridad de Aseo no debe ser una entidad independiente; debe pertenecer a la Alcaldía de Panamá. En segundo lugar, el problema se resuelve siendo creativos y estableciendo un mecanismo ordenado de recolección y disposición de los desechos. Se debe fomentar un mecanismo para ir acostumbrando a la comunidad a reciclar para minimizar la cantidad de basura. Si hay una institución en la que el presidente Laurentino Cortizo tiene que ordenar de inmediato una investigación exhaustiva es en la Autoridad de Aseo, porque algo huele mal en esa entidad. ¡Así de simple!

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