La elección de Perú

Perú se enfrenta a una encrucijada extraordinaria: ¡tiene que elegir entre un fanático de la izquierda latinoamericana que ha fracasado en cada país y la hija de un dictador que aún purga pena de cárcel! Pero el caso de Perú no es único, cada país a su manera lo ha vivido en Latinoamérica, porque la raíz del problema sigue intacta: un sistema que produce un ciclo perverso, donde no hay contrapesos y que permite a un presidente ser rey o dictador al mismo tiempo y que luego hace lo imposible por perpetuarse en el poder. Alberto Fujimori fue el fenómeno que encandiló a los peruanos. Su Gobierno se caracterizó por la modernización económica del país, lucha contra el terrorismo, que derivó en crecimiento y estabilización económica. El país que heredó estaba quebrado económica y socialmente, azotado por un 7,000 por ciento de inflación anual y la creciente actividad de los grupos rebeldes Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA). Fujimori acabó con ellos. Pero luego vino la debacle. Intentó un tercer período, forzando la Constitución con su accionar dictatorial, pero terminó huyendo. Ahora Keiko, la hija de Fujimori, enfrenta al maestro Pedro Castillo, un sindicalista, que, sin pelos en la lengua, ha anunciado las acciones inmediatas que tomará de ser presidente y que emulan al desaparecido líder venezolano Hugo Chávez, pero que hoy todos vemos cómo ha terminado Venezuela. Panamá debe mirar a Perú, porque es el espejo de lo que puede pasar: tener que elegir entre uno malo u otro peor. ¡Así de simple!