Planilla abultada

Las cosas hay que resolverlas de raíz para que vuelvan a su curso normal. Desde que se violentó el escalafón de la Policía, la situación se volvió una sinvergüenzura y hoy tenemos comisionados y subcomisionados al por mayor. Pasa igual con el tema de los empleados públicos. En la Caja, por ejemplo, es tan difícil dar de baja un empleado que lo más fácil es aumentar la planilla. Leyes absurdas que están vigentes y que son un verdadero problema en la gestión pública. En el propio Gobierno, la situación es de terror. Los sucesivos Gobiernos han aumentado las planillas con copartidarios y a la hora que están por terminar el período, los meten en la carrera administrativa y la administración entrante no los puede tocar. Lo que hace es nombrar a su gente, con lo cual se aumenta la planilla estatal. Así hemos crecido en 10 años en 60 mil 826 funcionarios y el gasto en planilla aumentó a 2691 millones de dólares en 2020. Hay que hacer una reingeniería y poner a trabajar al que es competente. Lo primero que hay que hacer es un estudio de cuántos funcionarios necesita el Gobierno para funcionar eficientemente. Luego crear un manual de procesos y el perfil de cada uno de esos funcionarios, que reúna las competencias necesarias para asumir el puesto. Ya no se puede seguir con el esquema de engrosar la planilla estatal y las quejas recurrentes por este excesivo gasto por una planilla abultada. Es una cuestión de lógica. Hay un problema y sabemos dónde radica. Hay que arreglarlo y nombrar a empleados públicos que sean verdaderamente competentes para cada posición. ¡Así de simple!