Políticas fallidas

En Panamá se han ensayado diversos programas y se han invertido millones de dólares. El problema, sin embargo, es que han fallado y la realidad nos explota. Ya los delincuentes están en plena luz del día matando en los colegios. ¿Qué será mañana si no actuamos ya? La decadencia parte de un problema de la familia y la delincuencia es la consecuencia de esos problemas de raíz. Y esto para los conocedores es el punto focal, pero nadie atiende a esas familias. Se proyectan infinidades de acciones gubernamentales en todo el país, pero están en la periferia, porque no atacan lo que se debe atacar. En pocas palabras, han fracasado todas esas políticas públicas, mientras dé miedo entrar a El Chorrillo o Samaria en Panamá y a Pedregal en Chiriquí, por ejemplo. ¿Qué están haciendo las autoridades en su conjunto para impedir que sean los capos de las bandas los que controlen esos barrios? ¿Cómo es posible que haya que pedir permiso a una banda para poder entrar a un sector en San Miguelito o en Colón? Tanto el Mides como el Ministerio de Seguridad han fracasado en esto. ¿Y qué decir de la Policía? ¿Cómo se le puede premiar con jubilaciones especiales a unos policías que dejaron barrios impenetrables para el ciudadano común? Seguir sin atender estos problemas, es seguir en el error. Se requiere mano dura ya. ¡Así de simple!