Reconstruir la historia

Quizás la historia de Panamá mejor contada es la de antes de nuestra separación de Colombia. La que viene después de aquel 3 de noviembre de 1903, está plagada de hechos que se han ocultado por algunos intereses que hoy, quizás, se podrían comprender con el transcurrir de los años. Es una historia que debemos reconstruir y, aunque duela que algunas figuras se caigan del pedestal, es necesario para sanar heridas y reforzar nuestro futuro como nación. Y es que hay un sinnúmero de hechos que solo figuran en el anecdotario de algunas personas que con el paso de los años, hablan con libertad sabiendo que ya no tienen qué perder. Dicen que hay que conocer la historia para prepararse para el futuro y no repetir los errores del pasado y es cierto. Pero ¿cómo preparar ese futuro, si la historia no está completa? Durante la dictadura militar, por ejemplo, muchos, que se manifiestan anti-PRD, jugaron a dos aguas y mientras coqueteaban con los militares en secreto, en público se manifestaban como grandes opositores. Pero no solo eso. Están grandes fortunas, cuyo cordón umbilical lleva directo a la Madre Patria. Tenemos que dejarnos de hipocresía y reconstruir nuestra historia. Y no se trata de sacar el abanico y pringar al encumbrado, sino para hacer una verdadera catarsis y empezar con el pie derecho. La real historia, aunque duela, hay que contarla. ¡Así de simple!