Definan ya

Panamá es un país muy chico y cuando los reflectores se enfocan hacia una persona, un hecho, un anuncio, el país queda atento y a la expectativa. Justo es lo que pasa con el juicio al ex presidente Ricardo Martinelli, donde la propia Corte Suprema de Justicia ha dejado que este tema se extienda más de lo debido. Al margen de si este es un juicio político o que si la Corte perdió competencia al momento de que Martinelli renunció a su posición en el Parlamento Centroamericano, ya van varias semanas en que no hay definición. Si esto fuese solo que incumbiera a las partes, no habría nada que decir y todos pudieran tomarse el tiempo que quisieran, pero no, el caso acapara la atención de todo el país. Es necesario que los magistrados definan este caso ya, porque están provocando que todos los demás sectores se paralicen o simplemente no caminen al ritmo que deben caminar. Y aunque la decisión sea de cualquiera de las formas, absolución o condena, lo cierto es que la justicia ha perdido ya, porque se ha politizado y es culpa de los propios magistrados. Es lógico que el nuevo gobierno tiene que tomar acciones en este asunto, porque un país no debe ni puede progresar con una justicia politizada. La situación es al extremo que la Corte Suprema funciona con dos magistrados que ni siquiera debieran estar ejerciendo el cargo, porque su tiempo expiró. Y un tercero que no lo ratifican y su suplencia se ha vuelto eterna. ¡Esto no es justicia y no lo merece Panamá!