José Jerí Oré, prometió en su primer discurso en el cargo empezar a construir las bases de la reconciliación del país, que atraviesa “una crisis constante...

El distrito de La Pintada, en la provincia de Coclé, ostenta con orgullo el título de “cuna del sombrero pinta’o’ o”. Esta tradición, con más de 200 años de historia, surgió como una necesidad de los campesinos para protegerse de las inclemencias del tiempo, el intenso sol durante sus labores diarias en el campo. Rápidamente, trascendió su función utilitaria para convertirse en un elemento esencial del vestuario típico, acompañando con elegancia las camisillas, polleras y prendas típicas de diversas regiones.
La producción del sombrero es una labor totalmente artesanal, sus técnicas precisas, transmitidas meticulosamente de generación en generación, son el alma de esta herencia cultural. A principios del siglo XX, la confección de estos sombreros se consolidó como una fuente vital de ingresos para numerosas familias campesinas de la región, convirtiéndose en un pilar económico local. Su origen se sitúa en la región de Toabré, extendiéndose luego a Penonomé, La Pintada, Antón y otras regiones.
Cada octubre, La Pintada se viste de gala para celebrar el Festival del Sombrero Pinta’o, un evento que rinde tributo a esta icónica pieza. Este festival nació oficialmente el 16 de octubre de 2011 con un memorable desfile de carretas, que congrega a delegaciones de todo el país y entidades gubernamentales. Los visitantes disfrutan de una vibrante tarima artística con folclore regional, igual la venta de sombreros y otras valiosas artesanías coclesanas.
Un jurado especialista en el tema, selecciona los mejores sombreros, categorizados por su finura y compleja técnica, la confección es un proceso manual ancestral que emplea fibras naturales como junco, bellota o pita, propias del clima coclesano. El característico color oscuro de sus franjas se obtiene hirviendo las fibras con hojas de la planta chisná, una técnica de tinte natural preservada a lo largo del tiempo.
Cada paso, desde la recolección del material, hasta el tejido final, se realiza a mano, siguiendo los saberes heredados, convirtiendo cada sombrero en una obra única de paciencia y destreza. Se producen diferentes tipos de sombrero con el mismo material: el sombrero de diario, el de trabajo y el de gala. Su precio varía según materiales, habilidad del artesano, tiempo de elaboración y vueltas de 8 a 24. Un sombrero de 12 vueltas cuesta B/.120; uno de 16, B/.300; y los de 24 vueltas superan B/.1,000.00. Actualmente, unas 5000 familias de La Pintada dependen económicamente de esta labor, promocionando sus productos incluso a través de redes sociales para mantener viva la tradición.