Tranques: Eladio, universitarios y semáforos inteligentes

D on Eladio Fernández, cual quijote moderno, ha tomado la iniciativa de liderizar un sector de la población jubilada; cierra calles, cocina su sopa popular y hace su baile. Recibe el apoyo del resto de los trabajadores, pero a su vez nos provoca reacciones de ira y desesperación, pues sus tranques son sinónimo de gasto de combustible, llegadas tardías y soportar nuestro calor diario de 33 grados y ¿qué dice don Eladio? —‘Me dan los 50.00 balboas’—.

Bueno, yo espero que, por lo menos, uno de los seis hijos de don Eladio lea este artículo y le diga mi sugerencia: don Eladio, realice su protesta en el edificio administrativo de la Caja de Seguro Social e impida la entrada al director, Sr. Sáenz-Llorens, déjenos la calle libre o, mejor aún, como los antimotines no los reprimirán, vayan al Palacio de las Garzas y en el parquecito de enfrente se instalan y con suerte, mientras le protestan en directo al presidente (dice don Eladio, que les mintió) hasta le coopera el ministro Ferrufino con la carne para la sopa y tendrá más fuerza para el bailecito final.

Los universitarios, me da vergüenza escribir sobre ellos, cómo de ser un recinto de estudios en donde nacen ideas y voces de protesta populares, ha quedado convertido en un reducto e incapaz grupo, que no tiene la capacidad de liderazgo para convencer al 1% del estudiantado a protestar. Qué nostalgia recordar esos cierres de calle con miles de estudiantes en la vía Transístmica, fueran de la FEP, del FER 29, del GUAYKUCHO, y qué dolor al ver hoy a 20 estudiantes con banderolas, cerrando esta vía.

La parte buena es que los antimotines llegan en tres minutos y les dan bomba tras bomba y tienen que desalojar, estos antimotines son más efectivos que los recordados ‘Dobermans’, ‘Centuriones’ y el aún vivo ‘Pitufo’ o ¿será que en la dictadura había más oportunidad de protestar?

Tal vez sería que eran más universitarios en protesta y a los antimotines les daba miedo enfrentarlos. Recientemente en las televisoras locales pasaron escenas de estudiantes, utilizando una bazuca artesanal, con la cual dirigían algo parecido a fuegos artificiales, eso sin, ser experto en armas, es un arma letal, ¿qué pasa si en respuesta con este bazucaso matan a un policía u otra persona?, ¿qué pasa si ante esta amenaza un policía le dispara al portador de la bazuca?, ¿será uso de fuerza brutal de la policía?, ¿es terrorismo? Y aquí debemos reflexionar, ¿por qué taparse la cara? Si al final se sabe quiénes eran.

Y si no es don Eladio ni son los universitarios, son los semáforos inteligentes. Pude ver en canales locales a directores y expertos de la ATTT y de algún ministerio, vendiéndonos la idea de la semaforización de la ciudad. Instalaron tantos que hasta para ir al baño hay un semáforo inteligente, escuché que tenían unos sensores que, una vez que todos fuéramos corteses, empezarían a funcionar, porque el sensor detectaba la cantidad de autos y liberaba —me creí el cuento, aun cuando nunca entendí el semáforo para entrar a Condado del Rey, habiendo dos puentes donde se puede dar la vuelta—.

Hace dos meses pude constatar que de verdad los semáforos son inteligentes, en Balboa (área del Canal) los semáforos inteligentes empezaron a utilizar policías para agilizar el tráfico. Sí, así como lee —los semáforos inteligentes empezaron a utilizar policías para agilizar el tráfico hacia el puente de las Américas—. Con luz verde el policía te detenía y con luz roja avanzabas, esa combinación funcionó ¡de verdad son semáforos inteligentes!

Y cuando ya me había acostumbrado a salir de casa dos horas antes para encontrar todo cerrado, salen el director de la ATTT y el titular del MOP a decir que durante las horas pico un día circularán los carros con terminación par y el otro los impares —que bueno que tengo dos carros, uno en terminación 1 y el otro en 4, por coincidencia el año de elecciones, donde espero que volvamos a la cordura.

*ESPECIALISTA INTERINO EN ACTIVIDADES ACUÁTICAS.