• 14/03/2011 01:00

Constante peligrosa

D espués de publicado el articulo del lunes 28 de febrero ‘Educación y amenazas’ al día siguiente, el martes 1 de marzo de 2011, el diar...

D espués de publicado el articulo del lunes 28 de febrero ‘Educación y amenazas’ al día siguiente, el martes 1 de marzo de 2011, el diario La Prensa publicó una nota que señaló que: ‘El director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, elogió el comportamiento de la economía panameña, pero advirtió dos retos: el peligro de un recalentamiento debido a las rápidas inversiones en infraestructuras públicas y la necesidad de mejorar el sistema educativo’. Párrafos más abajo la nota continuo así: ‘Sus palabras fueron antecedidas por declaraciones del ministro de Economía Alberto Vallarino, quien confirmó que el producto interno bruto creció 7.5% en 2010. Sin embargo, este crecimiento no está llegando a todos. La falta de un mejor sistema educativo y la inclusión de los más pobres son dos materias pendientes. ‘No es suficiente con que Panamá se convierta en un núcleo de comercio mundial, en un centro financiero internacional, un centro de servicio y que atraiga el turismo, sino cuenta con una buena educación’, dijo Strauss-Kahn. En lectura y ciencia, Panamá está por encima solo de Kirguistán, Azerbaiján y Perú, de acuerdo con una prueba que realizó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo’.

Para los que encontraron mi artículo un tanto pesimista, les había advertido que ‘No lo digo yo, lo dicen las crecientes estadísticas de la última década. Lo dicen las estadísticas de ingreso a las universidades’, y como ya vimos, lo dice Strauss-Kahn. Entiendo lo del optimismo que debe prevalecer ante toda adversidad, pero eso debe ir de la mano de un examen franco sobre la situación, con una visión retadora para superar las adversidades. Un plan sistemático, conductas reales y serias para corregir los males y debe involucrar a la mayor cantidad de personas y sectores posibles, en especial a los más afectados. Y todos los sectores deben deponer sus intereses particulares por el bien de la nación.

Una cosa les puedo decir, por experiencia propia, guardo contacto con muchas personas con quienes crecí en el barrio; amigos y conocidos de infancia, compañeros de la secundaria. La gran mayoría hemos superado los retos y las condiciones culturales y sociales entre las cuales crecimos —fraccionamos y disminuimos considerablemente el ciclo de pobreza, insuficiencias e ignorancia—, porque tuvimos la oportunidad de beneficiarnos de una mejor educación que la de nuestros antepasados, pero con el apoyo de ellos.

Ese ciclo de superación se ha truncado; es hoy una constante peligrosa de desidia e indiferencia de parte de padres, estudiantes y gran parte de los sectores de la sociedad que solo ven crecimiento en el desarrollo de infraestructuras.

Los argumentos que presento ya los he tratado innumerables veces en este mismo espacio. Pero el mejor mensaje cala cuando se repite y repite y las advertencias hay que repetirlas y repetirlas. En este caso, para crear conciencia y un estado de urgencia sobre la educación nacional. Yo parto del hecho de que Panamá como sociedad superó obstáculos difíciles que le fueron impuestos durante casi todo el siglo pasado y lo hizo concentrado en que el objetivo era necesario para sobrevivir como nación igual que mi generación y mis contemporáneos del barrio.

Pero, hoy no me cabe la menor duda de que nuestra más seria amenaza es la disminución social y cultural de la sociedad. Veo un retroceso innecesario en una época en donde existen todas las condiciones económicas para llevar esta nación de 3.5 millones de habitantes a mejores derroteros. Si pudiéramos revertir la tendencia de deterioro social que llevamos hace ya varios lustros; cultivar una sociedad que se beneficia del aporte innovador y significativo de más del 50% de sus habitantes, bien educados (malo, medio, bueno, excelente), ¿cómo sería este país? En vez de una sociedad que tiene que preocuparse por cargar con el otro 50% que no estimulamos debidamente para su superación colectiva y personal.

Profundizo sobre algunos temas cuando presiento que el mensaje no ha sido captado del todo con los argumentos que presento. Me doy algo de tiempo para reflexionar sobre lo expuesto. Investigo un poco más sobre las opiniones contrarias y corrijo si es necesario. El problema de la educación y el deterioro cultural ya no es un ciclo, es una constante. Nadie tiene que estar de acuerdo con este planteamiento. Son mis opiniones y ustedes tienen las suyas, las respeto profundamente. Las mías las comparto en este espacio, porque este diario me ha honrado permitiéndome expresarme. Las exteriorizo con el fin de crear conciencia, ofrecer aportes que creo significativos, generar opinión, educar y llamar la atención sobre los peligros que creo nos amenazan como sociedad y como especie. El futuro de estas generaciones está en peligro, si no vemos el tema de la educación como fundamental para la supervivencia.

*COMUNICADOR SOCIAL.

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