• 15/03/2011 01:00

Quedándose atrás

C uántas veces hemos oído la queja de miembros de una generación frente a los cambios que son obvios en la siguiente generación. Las nue...

C uántas veces hemos oído la queja de miembros de una generación frente a los cambios que son obvios en la siguiente generación. Las nuevas generaciones simplemente ven a la anterior como anticuada, incapaces de mantenerse al día en los avances que incorporan los tiempos. No es solo el aprender a utilizar las nuevas tecnologías, es comprender el alcance de los cambios. Yo recuerdo cómo la IBM fue desplazada por la WANG en su momento en las computadoras, pero esta a su vez no comprendió el cambio hacia la computadora personal y desapareció de los mercados. Hoy, los cambios que vive la sociedad van más allá del uso de nueva tecnología.

Los cambios que la tecnología ha producido han afectado a muchas actividades tradicionales. La tragedia es cuando los empresarios no comprenden al alcance de los cambios. Tomemos los periódicos. Antes de la Internet, antes de las comunicaciones satelitales, los diarios podían cerrar planas la noche anterior y escribir noticias simplemente como ocurrían. Hoy, cuando el ciudadano está súper informado por la televisión, el Ipad o el Internet, los periódicos tienen que cambiar su formato. Desde el cierre de planas a la medianoche a la mañana cuando lee el diario el lector, muchas cosas han pasado, las noticias que vengan impresas fueron ya cubiertas y superadas por los nuevos eventos y el lector ya se informó por la TV, Ipad, o celular. Entonces, ¿qué debe traer el periódico? Análisis, comentarios, opiniones. Ya no es noticia lo que venderá el periódico, salvo aquellas denuncias producto del periodismo investigativo.

La radio también ha cambiado por la tecnología. El tiempo de la radio para escuchar música ya pasó, hoy el amante de la música programa su propia secuencia musical en sencillos equipos manuales que porta consigo, o simplemente baja la música que desea en el propio celular. Competir con una emisora con estos adelantos tecnológicos es absurdo, la nueva radio es noticiosa, no musical.

La educación también ha sufrido por la tecnología. Hoy el estudiante tiene a su disposición en Internet todo el conocimiento que desea consultar y los profesores arriesgan su prestigio al dictar una clase que el alumno puede confirmar si se ha equivocado con solo consultar ‘Google’. Las antiguas consultas a enciclopedias han sido reemplazadas por consultas a los buscadores de Internet. Hoy los trabajos de investigación estudiantiles tienen que ser diferentes por la facilidad de obtener información con la tecnología moderna.

Los cambios que la tecnología ha traído ha obligado al empresario moderno a mantenerse al día con los avances, hoy una empresa que no utilice computadora, que no tenga su página web, que no mantenga un sistema moderno de mercadeo por Internet, cae irremediablemente en el fracaso. Hoy más que nunca, el ejecutivo moderno tiene que mantenerse actualizado con los avances tecnológicos so pena de quedar en clara desventaja competitiva. Curiosamente no hay seminarios especializados para que los ejecutivos actualicen su manejo de la tecnología, dependen más que nada de la prueba y error y la tediosa necesidad de leer complicadas instrucciones.

El mundo ha cambiado, hay un nuevo mundo producto de la tecnología. El mundo de las video conferencias, de la robotización en la industria y la medicina, un mundo del rápido y fácil acceso a las noticias y las comunicaciones. Los países se han acercado, ya no hay distancias ni cambios de horario, un país como el nuestro con un centro bancario termina hoy trabajando las 24 horas, porque la noche nuestra es día en otros mercados financieros. Atrás quedaron los años cuando el cierre a las seis era obligatorio, atrás quedaron los domingos con todo cerrado, atrás quedaron las jornadas de mañana y tarde escolar. Atrás quedaron las cartas y los telegramas, reemplazadas por correos electrónicos, chateos o mensajes por celular.

El mundo ha cambiado. Es otro mundo transformado ante nuestros propios ojos, donde nuestra generación tiene la opción de resistir el cambio, aceptarlos o sucumbir ante ellos. Podríamos argumentar por horas si los tiempos de antes fueron mejores a los actuales, pero lo que sí hay que aceptar es que el mundo futuro será muy distinto, producto de la velocidad que la tecnología ha impreso al acceso del conocimiento.

*INGENIERO Y ANALISTA POLÍTICO.

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