• 08/08/2011 02:00

Una Nación multiétnica y pluricultural

COMUNICADOR SOCIAL.. El domingo 6 de junio del año 2004 se llevó a cabo en Panamá por segundo año consecutivo ‘El desfile de las mil po...

COMUNICADOR SOCIAL.

El domingo 6 de junio del año 2004 se llevó a cabo en Panamá por segundo año consecutivo ‘El desfile de las mil polleras’. Esta parada tuvo lugar a lo largo de la Calle 50 en ciudad capital y participaron, no sé si mil, pero cientos y cientos de bellas mujeres panameñas engalanadas con el traje típico oficial de Panamá, acompañadas de sus parejas en Montuno, de murgas y conjuntos típicos; cabalgatas de caballos de paso. Las bellas empolleradas iban a pie o sobre lujosos carros alegóricos. Abuelas, señoras adultas, jóvenes profesionales, universitarias, adolescentes y hasta parvularias.

Unas con sus Polleras de Gala o de Lujo con labores de talco al sol y calados; labores en punto de cruz, de zurcidos y calados; con la Gala Blanca de Lujo Veragüense y la Blanca Ocueña. Otras con La Pollera Montuna o la Prenda de Uso Diario: la Montuna Santeña, la Montuna Ocueña y la Basquiña.

Aquel domingo fue brillante, el sol y un tiempo cálido permitió que las familias de la capital pudieran acudir al lugar para presenciar este espectacular evento. Fue trasmitido por una de las televisoras locales para que el resto del país pudiera, igualmente, admirar y ser parte de esta celebración entusiasta. En eso de las opiniones y las entrevistas que hacían los animadores de la televisora al público en las aceras y a las participantes, distinguieron a una señora de mediana edad, bellamente empollerada, sobre su opinión y su sentir al participar, a la cual gritó, henchida de orgullo: ‘Esto sí es la verdadera cultura panameña’.

El país en estos momentos está discutiendo reformas a nuestra Constitución nacional. Diversos grupos trabajan con el fin de hacer aportes a la Comisión de Notables de la Comisión de Reformas Constitucionales, que finalmente se encargará de presentar aquellas que considere viables y necesarias para la modernización de nuestra Carta Magna. Hay escepticismo, mucho escepticismo.

Están los que aseguran que el gobierno ha llamado a esta discusión con el objetivo de ‘imponer la segunda vuelta electoral’. El interés de elevar programas sociales a rango constitucional es considerado por muchos como una insensatez. Pero independientemente de la valoración y las intenciones y motivos de los gobernantes actuales, el proceso abre la posibilidad de corregir faltas evidentes que una Nación como la nuestra necesariamente debe atender en la modernización de sus legislaciones políticas en beneficio de todo su pueblo y para el perfeccionamiento de un Estado moderno muy necesario en este inicio de siglo.

Recientemente las principales organizaciones del movimiento social afrodescendiente de Panamá presentaron a la Comisión de Reformas Constitucionales sus sugerencias y modificaciones al texto constitucional, a efecto de que sean acogidas ‘en aras de contribuir en el esfuerzo de adecuar nuestra Constitución Política, al desarrollo nacional, a los avances políticos y sociales de nuestra época...’. En su exposición de motivos, señalan que ‘como ciudadanos, los afropanameños consideramos que nos corresponde, al igual que el resto de la sociedad, realizar nuestros aportes en todo los procesos nacionales que tengan como objetivo el mejoramiento integral de nuestra sociedad, y sin lugar a dudas las Reformas Constitucionales abren un paso importante en ese sentido’.

El artículo 1 de la Constitución vigente señala que ‘La Nación panameña está organizada en Estado soberano e independiente, cuya denominación es República de Panamá. Su gobierno es unitario, republicano, democrático y representativo’. Las organizaciones afrodescendientes proponen que sea cambiado a: ‘La Nación panameña es una entidad multiétnica y pluricultural que está organizada en Estado soberano e independiente, (...) El Gobierno del Estado es unitario, republicano, democrático y representativo del carácter multiétnico y pluricultural de la Nación. La Ley reglamentará esta materia’.

La motivación para agregar la frase ‘es una entidad multiétnica y pluricultural’ ‘es para dejar claramente establecida en la Constitución Política de la República la composición étnica y cultural diversa de la nación panameña (...) y que la Ley garantice una representatividad del gobierno, fundamentado en el carácter multiétnico y pluricultural de la nación...’.

Igual se propuso modificaciones al artículo 80 en el TÍTULO III, CAPITULO 4º sobre CULTURA NACIONAL que ‘El Estado reconoce el derecho de todo ser humano a participar en la Cultura y por tanto debe fomentar la participación de todos los habitantes de la República en la Cultura Nacional, en toda su diversidad y su pluralidad’. Las últimas cinco palabras encierran la propuesta de los afrodescendientes, con la motivación de reafirmar como Nación a nivel constitucional ‘el reconocimiento y valorización de todas las expresiones y manifestaciones que conforman la identidad cultural de la nación panameña’. Eso encierra y a la vez abre el marco de reconocimiento a las contribuciones culturales de todos los grupos, pero elevaría significativamente el aporte de los grupos indígenas originarios y el reconocimiento a la marcada influencia afro en nuestro diario vivir.

No podemos continuar alimentando la psique de cada generación de panameños que educamos con la falacia de la herencia hispana como exclusiva. Los textos históricos han sido muy claros y evidentes sobre la composición de la población panameña a lo largo de los siglos.

Continuaré sobre los otros aportes constitucionales del movimiento social afrodescendiente en las próximas semanas, pero no hay ‘verdadera cultura panameña’ como señaló la señora del desfile. En ese mismo desfile participaron, vestidas de polleras, mujeres blancas santeñas o de otras regiones, descendientes indígenas, chinas y hermosas mujeres afrodescendientes, orgullosas todas de ser dueñas de los más mínimos detalles del traje típico y de poder lucir y ondearlo alegremente. Somos eso y mucho más.

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