• 29/10/2011 02:00

El desafío de las universidades

DOCENTE UNIVERSITARIO.. En una sociedad opacada por los eventos que socavan las instituciones, el decoro y la equidad de su población, ...

DOCENTE UNIVERSITARIO.

En una sociedad opacada por los eventos que socavan las instituciones, el decoro y la equidad de su población, la buena educación se advierte como la vía necesaria, más efectiva que otras, para iluminar el porvenir nacional. La educación superior universitaria debe constituir un factor constructor y dinamizador de competencias y talentos profesionales, requeridos para el progreso económico, social y cultural, así como de valores consecuentes con una ciudadanía responsable y activa.

Al mismo tiempo la universidad representa un potente factor de movilización social, generador de oportunidades y esperanzas en las personas. Está llamada a ser fuente creadora de conocimientos e innovaciones para comprender e intervenir científicamente en la solución de los graves y complejos problemas que afectan el desarrollo humano de la población.

La universidad se encuentra en el vértice de múltiples demandas. Por un lado, las demandas externas propias de la sociedad a la que se debe como institución y, por el otro, aquellas internas que claman por la reforma curricular, pedagógica y tecnológica para responder a un entorno marcado por los cambios acelerados y la incertidumbre.

A esta institución se le solicita formar los profesionales de alto nivel y calidad que los sectores productivos y sociales necesitan; que produzca conocimientos, que difunda los avances científicos y el patrimonio cultural, y que ofrezca servicios técnicos a la comunidad. También se espera que innove en su gestión académica y gerencial; que prepare a la población para aprender a lo largo de la vida y fomente el intercambio académico mediante la cooperación internacional.

Como organización social no puede funcionar en el vacío, amurallada y aislada de las preocupaciones de su entorno. Ella tiene que estar en sintonía con los dilemas y aspiraciones de la nación. En un país como Panamá, con abundantes recursos y oportunidades, pero con una débil institucionalidad y condiciones inaceptables de pobreza y exclusión social, la educación superior se erige en un factor potenciador de las capacidades humanas para transitar hacia mayores niveles de realización social.

En ese sentido, la universidad panameña tiene un doble desafío que afrontar: satisfacer las promesas educativas incumplidas en el siglo XX y prepararse para asumir el compromiso de renovación y mejoramiento continuo, que impone el nuevo siglo al servicio de la nación.

En medio de la tensión entre estos dos momentos históricos y las contradicciones sociales, en Panamá, emerge la Universidad Especializada de la Américas (UDELAS). Es una universidad oficial, pensada y comprometida con la solución de problemas sociales mediante la intervención educativa. Tiene vocación nacional e internacional, y es una institución especializada en el abordaje científico, integral e interdisciplinario en los campos de la educación social, especial, salud y rehabilitación integral. Sus actividades de docencia, investigación y extensión y servicios, son acometidas con criterios de innovación, pertinencia, calidad, relación teoría—práctica, atención a la diversidad y eficiencia.

La UDELAS posee actualmente 36 carreras técnicas y de licenciatura, 30 programas de postgrado, maestría y doctorado y unos 35 diplomados. Esta oferta cubre un amplio arco de necesidades de formación especializada con acentuada sensibilidad y compromiso social, en campos académicos insuficientemente atendidos en el pasado por la comunidad universitaria del país. Sus especialidades se articulan a necesidades y políticas relevantes para contribuir a expandir la equidad en la educación, la salud y el empleo; fomentar la participación y la cohesión social, la seguridad humana, la democracia, la inclusión y la justicia social, dentro de la compleja agenda vinculada al desarrollo humano de la población panameña.

Para ello, impulsa la vinculación a organismos del gobierno, de la empresa privada y de la comunidad. Mediante sus carreras, diplomados, investigaciones, prácticas universitarias, voluntariado estudiantil, clínicas interdisciplinarias, actividades deportivas, culturales y científicas, trabaja en favor de las comunidades más desfavorecidas, especialmente las indígenas de las etnias Ngäbe—Buglé, Guna Yala y Emberá—Wounan, donde las necesidades educativas y sociales son mayores y los medios de satisfacerlas son escasos.

El porvenir universitario se construye desde el presente, mediante la evaluación y mejora continua de la calidad, el fortalecimiento de la investigación aplicada, la innovación tecnológica, el trabajo colaborativo con otras universidades, empresas e instituciones del país y el exterior y, fundamentalmente, con el rigor científico, estético y ético indispensable.

Esta es la misión y el inmenso desafío que tienen las universidades en el momento actual de cara al futuro.

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