• 27/12/2011 01:00

La juventud que denuncia

¿Es estrategia de base en las agendas de los partidos políticos o debería ser una tarea de una juventud crítica y con conciencia nacional?

¿Es estrategia de base en las agendas de los partidos políticos o debería ser una tarea de una juventud crítica y con conciencia nacional?

Tanta es la corrupción en el país que ahora los jóvenes se han volcado a denunciar. El caso de la juventud del Partido Revolucionario Democrático, el partido opositor más grande y con una estructura se están pronunciando ante el Ministerio Público para desenmascarar a ministros del actual gobierno de Ricardo Martinelli por sus actuaciones.

El ventilado caso de las tierras de Juan Hombrón por el supuesto delito contra la administración pública es uno de ellos. La querella contra el ministro de la Presidencia Jimmy Papadimitriu, el ministro de seguridad José Raúl Mulino y contra el propio Martinelli, apunta a una iniciativa que debería ser protagonizada no solo por sectores de los partidos políticos, sino por los todos los jóvenes de asociaciones o amparados por una organización sólida e imparcial. No debe ser una acción partidista, sino participativa donde todos los jóvenes se atrevan a denunciar.

Pero sea cual sea el caso de corrupción, hay jóvenes que carecen de herramientas para enfrentarse a denunciar a personajes de alto poder o cargo, y de aquellos quienes manejan influencias tanto política y empresarial del país.

El temor a enfrentarse a estos seres de la vida pública debido a la baja credibilidad del sistema de justicia o a la cosa pública, también es un factor que impide a los jóvenes a levantar esa voz que reclama por no más burlas. En la educación pública, que es la más importante en el país, se carece de materias que enseñen participación ciudadana, donde incentive al joven a no quedarse callado ante los hechos injustos que vemos a diario y que son una vergüenza nacional.

Ya no se puede jugar con la juventud panameña, esta nueva generación está conociendo quienes son los corruptos, mejor dicho ya saben donde están, en que cuevas se meten y con quienes se reúnen para negociar sus acciones inescrupulosas.

La vida política de la juventud siempre ha estado por debajo de los intereses de las cúpulas partidistas, pero hay quienes dan el primer paso. Creo que todo los jóvenes panameños podemos denunciar, si nos ilustramos y analizamos los casos cómicos del país donde a diario son los medios de comunicación donde se dan a conocer. Es cuestión de organizarnos y sin responder a un partido político podemos dar el ejemplo de una juventud que se rebela contra los corruptos del país. Debemos asesorarnos correctamente, dejar el apasionamiento político y ser esa flecha que apunta a cualquier político que está jugando con los bienes del Estado.

Los jóvenes debemos ser ese modelo de participación ciudadana que ataca directamente los intereses económicos, las coimas, los cargos políticos y procurar ser un frente que no divida acciones comunes. Debemos darle el ejemplo a aquellos gobernantes que durante las campañas políticas son amigos de todo el mundo, pero cuando suben al poder se olvidan hasta de su propia familia.

¿Juventud, a dónde vamos a parar?

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