• 23/01/2012 01:00

Salvemos al ATLAPA

Son pocas las veces que una estructura tan importante puede darle tanto a una ciudad tan apremiada de espacios culturales, como lo es el...

Son pocas las veces que una estructura tan importante puede darle tanto a una ciudad tan apremiada de espacios culturales, como lo es el Centro de Convenciones ATLAPA a la ciudad de Panamá.

Luego de muchos años de servicio público con muchas altas y bajas en la calidad de su prestación, ahora el Gobierno Nacional pretende vender este soberbio edificio para destruirlo y especular con el mercado inmobiliario, como ya lo hicieran con ‘La Tuza’, en una zona de la ciudad que mucho se le ha construido y que escasea en su capacidad para prestar los servicios básicos, como el agua, el alcantarillado, los estacionamientos, el espacio de sus calles y sus espacios verdes. Otro edificio en la zona, sería como una estaca en el corazón de San Francisco y de su ya limitado espacio público. Igualmente lo sería para el Hotel que yace a un costado y que con gran esfuerzo y proyección, hacen una gran inversión en su expansión. Nada conveniente le serían más edificios a su alrededor y sí que siguieran existiendo eventos internacionales frente a su puerta.

Si llegó el momento de hacer un nuevo centro de convenciones, bienvenido, pero si el negocio a futuro del turismo y las convenciones es tan bueno, por qué no licitar la nueva construcción de este megacentro de convenciones a un grupo que tenga la capacidad y la experiencia de manejarlo y hacer la promoción de convenciones a nivel mundial, y no cometer los mismos errores administrativos que se cometieron durante los años de existencia de ATLAPA.

El destino de ATLAPA debe trascender, no destruirse, debe ser incorporado a la sociedad como un centro de artes, cultura, música y otras manifestaciones artísticas para contribuir al crecimiento integral de la ciudad de Panamá. Junto a sus modernos edificios, autopistas, sistemas de transporte, hoteles y demás estructuras, es un deber primordial del Estado promover igualmente la cultura y las artes para tener un ciudadano mejor educado.

Debemos unirnos en un movimiento social para evitar su venta y destrucción por parte de los especuladores de bienes raíces y promover la idea de un patronato por un centro cultural en la ciudad de Panamá. Podríamos incorporar al renovado espacio al Museo de Arte Contemporáneo, tan necesitado de un moderno espacio y cerca de la nueva ciudad de Panamá. Este espacio podría tener una biblioteca moderna, con conexiones al Internet para beneficio de los miles de vecinos. Aprovechar su gran teatro Anayansi para seguir presentando eventos privados y públicos y acoger en sus instalaciones a la Sinfónica Nacional o algún otro nuevo grupo coral o sinfónico de la ciudad. Igualmente desarrollar un gran espacio verde frente a sus instalaciones y un edificio de estacionamientos que acoja de mejor forma a los visitantes en eventos puntuales.

Sería una gran realidad para nuestro país convertir este bien dotado espacio en un centro de promoción de la cultura y el arte, como el nuevo centro cultural y Biblioteca pública Julio Mario Santo Domingo, en Bogotá, Colombia, con el apoyo filantrópico de nuevos y viejos millonarios de este país, como los Arias, Alemán, Bárcenas, Btesh, De la Guardia, Eleta, Galindo, Harari, Pérez Balladares, Torrijos, Motta, Moscoso, Martinelli, Navarro, Tagarópulos, Sicoyos, Virzi y Vallarino, entre muchos otros panameños y extranjeros exitosos, al igual que de la empresa privada como parte de su responsabilidad social y el gobierno central como compromiso ineludible con los panameños.

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