• 09/02/2012 01:00

La norma moral y la realidad actual

E xiste un número plural de valores entre los que sobresalen los religiosos, éticos y morales. Todos son importantes, pero sin los Valor...

E xiste un número plural de valores entre los que sobresalen los religiosos, éticos y morales. Todos son importantes, pero sin los Valores Morales los que más pierden su sentido y su mérito. Estos valores son sumamente valiosos, porque orientan nuestra conducta y nos ayudan a vivir en paz.

Es sabido que los valores morales perfeccionan al hombre y son producto de la educación, originalmente en el seno de la familia y del entorno en el cual se desenvuelve (escuela, lecturas, etc.).

Sin embargo, vemos que en nuestra sociedad existen hombres y mujeres conocidos por sus actitudes y hechos apegados a la moral y buenas costumbres, pero con una especie de doble moral, aceptada por muchos o casi todos como parte circunstancial del devenir humano, en los negocios primordialmente y en el comportamiento en la sociedad en general.

Así lo expresó un gran pensador francés cuando dijo ‘Las virtudes se pierden en el interés, como los ríos se pierden en el mar’. Y entristece pensar que esas virtudes de las cuales habla el pensador francés se pierdan por el materialismo existente en la sociedad moderna en donde vale más parecer que ser. El interés, léase ambición desmedida o codicia y otros vicios, lo practican a diario hombres que por su maravillosa educación y actitudes son considerados valiosos y ejemplo para los demás.

Sin embargo, en sus negocios o donde ejercen sus actividades profesionales o empresariales, se dedican a la práctica del engaño disimulado, del robo encubierto, de la deslealtad, de la falta de solidaridad y otros vicios, cuando los vemos despachando menos productos del que dicen entregar; poniéndose de acuerdo con la competencia para fijar precios, desmejorando la calidad y cantidad, con el fin de ganar más o derrotar al competidor, pagando salarios ínfimos, restringiendo la libertad de sus colaboradores y prometiendo lo que no darán jamás. Estos hombres que vemos a diario, considerados como ejemplo de personas con altos valores morales, son por lo menos falsos pro hombres, que nos engañan promoviendo algo que ellos mismos no creen, pues su pensamiento y actitud están condicionados a su bienestar, a su libertad y a su conveniencia. Son ídolos con pies de barro.

Por esto, los valores morales deben ser enseñados desde la infancia, en los hogares, para lo cual esos progenitores deben practicarlos como ejemplo a sus hijos en medio de la vorágine que vivimos en esta sociedad moderna. No debemos olvidar que actualmente pesan más los valores materiales que los morales, lo que nos lleva a desenvolvernos en un ambiente de doble cara en el cual tiene más importancia el dinero que posees que los méritos que has acumulado a lo largo de la vida.

Duele ver cómo alumnos universitarios que fracasan materias en sus respectivas escuelas, acuden a una autoridad más alta para que manden la orden de que sean aprobados. ¿Qué clase de profesionales serán más adelante? Desde el momento en que ese estudiante prefiere pasar la materia artificialmente, podemos darnos cuenta de la falta de valores en su existencia y que, poco importan sus conocimientos sino hacer ver y aparentar que ha aprobado la materia.

Esos ciudadanos de doble moral están destinados al fracaso en su vida porque, aunque deseen triunfar, irán trastabillando y dando tumbos. Una vez que cometen un error, continúan haciéndolo para tapar el primero que llevaron a cabo.

Deseamos tener una sociedad en valores morales, en donde predominen las causales de una vida plena de satisfacciones, llana en dificultades y donde puedan caminar con la frente en alto.

ROTARIO

COLABORACIÓN DE LA COMISIÓN DE VALORES CÍVICOS DEL CLUB ROTARIO DE PANAMÁ.

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