• 14/02/2012 01:00

Una mano negra detrás de una lucha

E s triste ver cómo algunos sectores, aprovechándose de la legítima democracia en que vive nuestro país, quieran utilizarla para propici...

E s triste ver cómo algunos sectores, aprovechándose de la legítima democracia en que vive nuestro país, quieran utilizarla para propiciar desgracias. Durante tres días los hermanos ngäbes obstaculizaron una vía de gran importancia, impidiendo la entrada y salida de todo tipo de vehículos, afectando en gran manera a poblaciones enteras de también hermanos chiricanos.

Hubo un significativo desabastecimiento de diferentes insumos en la provincia chiricana y estuvo a punto de entrar en desesperación una gran parte de sus pobladores, durante los ya mencionados tres días. Igualmente turistas de diferentes partes del mundo, que nos visitaron con la intención de conocer las diferentes atracciones que les ofrece nuestro hermoso país, se vieron afectados por la medida tomada por los hermanos ngäbes.

Sorprendentemente durante los primeros días de protestas, en donde el gobierno desde el día uno invitó a los protestantes a las oficinas presidenciales en Ciudad de Panamá, hubo un gran silencio por parte de los diferentes gremios y grupos que se hacen llamar ‘defensores de los derechos y garantías constitucionales’ establecidas en nuestra legislación. Ninguno de estos grupos tomó la iniciativa de dirigirse a los medios de comunicación y enviar un mensaje conciliador y pacificador a estos protestantes que violaron los derechos de tantos panameños y extranjeros, como lo es el libre tránsito y muchos otros.

Creo que muchos como yo quedamos sorprendidos de que el gobierno tomara tanto tiempo en desalojar a los manifestantes y permitir el libre tránsito a los miles de panameños que transitaban por aquella vía obstruida. En ese mismo sentido, observé que quienes debieron perder la paciencia viendo que los hermanos ngäbes no accedían al llamado de sentarse a la mesa del diálogo a saber, el Gobierno, fueron entonces los ngäbes que obligan a la Policía a despejar la vía a la fuerza y a salvaguardar de esta forma a diferentes poblaciones de actos criminales, como lo fueron la destrucción de diferentes estaciones de Policía y quién sabe qué pretendían hacer con unas de las sucursales del Banco Nacional.

Entonces, cuando el gobierno empieza a controlar los diferentes actos de vandalismo protagonizados supuestamente por los manifestantes, ahora sí se presentan estos grupos ‘defensores de los derechos y de la democracia’ ante los medios de comunicación censurando las diferentes medidas de fuerzas que toma la Policía para proteger y así servir a una población que se encontraba prácticamente secuestrada.

Pregunto, ¿qué esperaban estos grupos defensores de los ‘derechos’ que hiciera el Gobierno? ¿Acaso que se le permitiera a los manifestantes apoderarse de estas poblaciones? ¿Por qué desde el día uno los manifestantes no accedieron al llamado al diálogo que les hizo el Gobierno invitándolos a las oficinas presidenciales, incluso se les trasladaría vía aérea? ¿Acaso esto era parte del plan para que alguna mano negra tratara de desestabilizar al país? ¿Acaso hubiera sido sensato que nuestro presidente se trasladara al lugar de los disturbios? Hubiera sido una mala decisión y es posible que, como se encontraban los ánimos en ese lugar, su vida hubiera peligrado.

Remón Cantera, Omar Torrijos, Arnulfo Arias y otros grandes líderes panameños fueron víctimas de hombres sin escrúpulos a quienes solo les importaban sus intereses y cuando esos intereses se ven afectados, son inducidos a destruir o tratar de destruir a quien en efecto afecta sus intereses. Apoyo y respeto la decisión de los hermanos ngäbes de no permitir que se construyan hidroeléctricas en sus territorios, reitero, en sus territorios. Dios les bendiga.

ESTUDIANTE DE DERECHO.

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