• 20/02/2012 01:00

Hacia una nueva Constitución y la defensa de la democracia

P anamá necesita una Nueva Constitución. Las reformas parciales aprobadas vía los tres Actos Legislativos de 1993, 1994 y 2004, no abord...

P anamá necesita una Nueva Constitución. Las reformas parciales aprobadas vía los tres Actos Legislativos de 1993, 1994 y 2004, no abordaron los temas fundamentales que se han hecho críticos e impostergables para fortalecer el Estado de Derecho, salvaguardar la Democracia, las libertades ciudadanas y mejorar la calidad de vida del pueblo panameño. Persisten los anacronismos del excesivo presidencialismo y la centralización del Estado; la falta de independencia del Órgano Judicial, sometido al presidente porque designa sus magistrados; la debilidad de la Asamblea Nacional que le impide cumplir a cabalidad sus funciones legislativas y fiscalizadoras; la falta de mecanismos más efectivos a favor de la transparencia y contra la corrupción; el blindar las libertades y garantías fundamentales, la participación ciudadana y el garantizar las condiciones para mejorar la calidad de vida del pueblo panameño; entre otros.

Si somos demócratas, debemos respetar el Estado de Derecho. Por ello, hacia esta meta de nueva constitución, de reforma profunda y adecentamiento del sistema político, hoy se plantean 2 caminos: la Reforma Constitucional y la Asamblea Constituyente Paralela. Ambas desembocan en un referéndum y ambas pueden reformar la actual Constitución de forma total o parcial. Si bien desde 1992 he apoyado la Constituyente Paralela, en este momento considero que lo prudente, efectivo y más seguro, es la Reforma Constitucional.

Si a partir de abril de 2012, proyectamos en un calendario las etapas y tiempos mínimos, establecidos en el artículo 313 de la Constitución, para implementar cada procedimiento, estos serían los resultados. La Reforma Constitucional desembocaría en un referéndum entre noviembre-diciembre de 2012 o enero-febrero de 2013. Mientras, el texto aprobado por la Asamblea Constituyente Paralela, desembocaría en un referéndum entre julio-agosto de 2013. La primera es el camino corto y seguro, la segunda es el camino largo y peligroso.

Me pregunto, ¿qué es lo más conveniente para Panamá y para nuestro pueblo? La Reforma Constitucional involucra un mínimo de entre 7 y 10 meses, y un solo proceso electoral, un referéndum. La Asamblea Constituyente Paralela involucra un mínimo entre 15 y 16 meses, que incluye 2 procesos electorales, primero la elección de 60 constituyentes y finalmente un referéndum.

La Reforma Constitucional y su referéndum, sería a más tardar en enero-febrero de 2013. Su resultado, sea el SÍ o el NO, dependerá del contenido del Acto Legislativo que apruebe primero el Consejo de Gabinete, luego la Asamblea Nacional y el juicio de valor que haga el pueblo panameño sobre su contenido y el grado de confianza, credibilidad y simpatía por la gestión de gobierno. Cumplido el referéndum, el país podrá enfocarse en dirección a las elecciones de mayo de 2014.

Muy por el contrario, un largo proceso de Asamblea Constituyente Paralela, que involucra de 15 a 16 meses de incertidumbre y 2 procesos electorales, será un distractor que hará más ineficiente la gestión de gobierno y en especial, será exigente y agotador para la oposición democrática. El último referéndum sería a escasos 3 meses de iniciar el proceso hacia las elecciones de mayo de 2014.

Seamos responsables con el país. Desde la oposición democrática, quienes hoy promueven utilizar esta exigencia ciudadana y de la sociedad civil por una Constituyente, dicen estar seguros de derrotar a CD, logrando una amplia mayoría en la Asamblea Constituyente Paralela. No nos equivoquemos. La gran cruzada ciudadana por la defensa de la democracia, las libertades, el adecentamiento de la justicia, las soluciones a los problemas presentes y un futuro de verdadero progreso, bienestar y felicidad para el pueblo panameño; será en mayo de 2014, no antes.

VICEPRESIDENTE DEL PARTIDO POPULAR.

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