• 07/03/2012 01:00

El que abandona, traiciona

¿ Te han traicionado alguna vez? Nadie entiende mejor la lealtad que aquel que le han traicionado. Lo mismo he de decir cuando se traici...

¿ Te han traicionado alguna vez? Nadie entiende mejor la lealtad que aquel que le han traicionado. Lo mismo he de decir cuando se traiciona a la Patria, ella te recibe con amor cuando naces, te abre las puertas de su corazón seas o no natural de este país. Pero, ese corazón ha de sufrir cuando se le abandona. Y, el que abandona, traiciona.

Y, cuando alguien abandona es ‘pocoimporta’. Cuántos ‘pocoimporta’ hay por allí. Abandona y traiciona el que no hace bien su trabajo, el que solo le importa con sus intereses mezquinos, el que le vale un comino la actual crisis social y prefiere celebrar su cumpleaños con una parranda de siete días, los que pelearon por la democracia, pero le roban al Fisco, el que critica, pero no construye.

Abandonas y traicionas cuando solo buscas tu comodidad, tu bienestar, tu conveniencia, ya sea, de manera individual o en grupo, sin importarte con la mayoría de los que vivimos aquí. Y, me duele muchísimo que por siglos a los grupos indígenas se les haya marginado, explotado, abandonado y traicionado en todos los aspectos. Ellos no claudican en defender ni abandonan lo suyo, eso es traicionarse a sí mismos. Sin embargo, me pregunto si también ellos, por una u otra razón, se han permitido coexistir bajo condiciones de miseria, bajo una triste pobreza psicosocial y mental sin darle cabida a su amor propio como personas y grupo social. Me parece que en este aspecto se han automarginado. La venta y consumo del alcohol y el predominio del hombre sobre la mujer, resulta monstruoso. Como monstruosos son los que no hacen nada por ayudarles a contrarrestar ese estilo de vida. Un estilo de vida que te lo encuentras en todos los grupos sociales.

Hay que entender su cultura, su espíritu y su arte, que constituyen su ADN. Igualmente, hay que entender su falta de confianza y credibilidad por promesas de un porvenir estable. Y, las promesas guardaron silencio, porque el porvenir estable es potestad de los privilegiados que dicen invertir millones en la Comarca, pero no dicen cuántos millones más son los que se meten en sus bolsillos. Los indígenas de estúpidos no tienen nada.

Entre ellos uno encuentra de todo: gente sumamente inteligente, capaz, trabajadora y de gran corazón. Son muchos los que han logrado salir de ese cautiverio de desigualdad social, en la búsqueda de otros horizontes y su inserción en la sociedad que los acoge ha sido de excelencia. Pero, también los hay perezosos y prefieren vivir en condiciones paupérrimas dejándole el camino abierto a los desgraciados acaudalados y poderosos de este país.

Dignidad no es indicativo de que tú vayas a defender derechos territoriales afectando a otros. No es la tierra la que te hace más o menos humano, más o menos persona, más o menos patriota, más o menos originario. Hay que tener cuidado con las ideas radicales, sentimientos omnipotentes sobrevalorados, resentimientos, exigencias e intransigencias. Hay otros métodos de lucha social, como el acercamiento y la buena comunicación.

Estamos enfrascados en dos posiciones extremas: ‘sí o no a las hidroeléctricas’. El potencial natural protegido por las nuevas tecnologías y por una ley de eficiencia energética se debe aprovechar para el beneficio de todos. Hay que eliminar la frontera psicosocial, impulsando el desarrollo humano integral sin deshonrar la cultura indígena.

Aquí no se trata de si eres afín o no al gobierno actual. Aquí nadie es sombra de nadie, porque donde hay sombra, prevalece el sol. Por eso es que siempre he de pensar y sentir que Panamá aún y con todo su tan cacareado progreso, es un país de tercer mundo, debido a la mentalidad de pollito que nos mantiene con la soga al cuello del palo más alto del Cerro Ancón.

Lo que más duele es que aquí se peleó por la soberanía, que estuvo por años en manos de un extranjero; luego se luchó por la soberanía, debido a una dictadura; pero, con este panorama actual, nos falta muchísimo para llegar a ser soberanos de todo el territorio nacional. Un panorama que nos divide como hermanos, viviendo en una casa que se consume cada vez más en sentimientos mezquinos, llevándonos a una lucha de clases y de ideas preconcebidas que nos conducen al abismo.

En la mesa del diálogo todo se debe hacer bien, no por ‘quedar bien’ con el jefe, llámese cacica o presidente. Vaya absurdo: dos personas gobernando en un solo país. Solo en Panamá se ve esto.

El agua, es el líquido más abundante en la Tierra, representa el recurso natural más importante y la base de toda forma de vida. Es un recurso renovable capaz de suministrar energía en cualquiera de sus formas, después que se controle cuidadosamente su uso evitando un coste ecológico y social. Para ello, tanto el gobierno como los que integran la Comarca Ngäbe deben supervisar los proyectos que se construyen y los que a lo mejor se logren construir.

Para los ojos de Dios, él que no te abandona y no te traiciona, todos somos iguales. Te dio la inteligencia para que hagas buen uso de los recursos naturales. Con un cambio de actitud, lograremos madurar como personas que anhelamos vivir en paz y tranquilidad bajo una sola bandera, la tricolor.

ESPECIALISTA DE LA CONDUCTA HUMANA.

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