• 08/07/2012 02:00

Mirando el oficio desde la otra orilla

Hoy se inicia una nueva etapa en La Estrella y lo primero que quiero hacer es celebrar la decisión de incorporar, en el seno de la redac...

Hoy se inicia una nueva etapa en La Estrella y lo primero que quiero hacer es celebrar la decisión de incorporar, en el seno de la redacción, la figura del defensor del lector, pues su trabajo fortalece el bien más importante de un medio: su credibilidad, y lo hace con el concurso de todos los periodistas que trabajan en él.

La figura, según el maestro colombiano y ex defensor del diario El Tiempo Javier Darío Restrepo, es comparable con la conciencia en el ser humano: que habla, no ordena, nunca calla, no obedece a presiones y siempre mantiene claro qué es lo correcto y qué es lo incorrecto.

En Panamá la figura fue incorporada por primera vez en el desaparecido diario El Universal , luego lo hizo La Prensa y ahora La Estrella . En La Prensa tuve el privilegio de continuar con las funciones que había iniciado el periodista Herasto Reyes, unos zapatos grandes que me correspondió llenar. Hoy me plantean el desafío de ser la primera defensora del lector de La Estrella, tamaña tarea me han encomendado y por eso acepté.

Lo primero que voy a recordar a: directores, editores, periodistas, fuentes, lectores, es que la labor no es fácil, pero no hay duda de que al final del día vamos a decir juntos: valió la pena porque estamos fortalecidos.

Al respecto, Carlos Maciá Barber, periodista y docente, quien realizó una tesis pionera en España sobre la figura del ombudsman (Defensor del lector), que fue galardonada con el Premio a la Mejor Tesis Doctoral de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación (2000-2002), dice que el papel del defensor no es el de hacerse popular o querido en la sala de redacción; su función es conservar el respeto de los lectores por su diario, pues es el respeto el único sentimiento que conducirá al lector a leer, avalar, apoyar —y a comprar— un diario.

Y como defensora del lector de La Estrella añado que ahora tendremos un ‘punto de encuentro’ entre los periodistas y los lectores, donde se podrá tratar con justicia los temas que los inquietan. Vamos a ver el periódico ‘desde la otra orilla’.

¿Qué hace un defensor?

Su tarea fundamental es defender los derechos de los lectores; los atiende cuando reclaman, los representa en la sala de redacción para exigir esos derechos, o para demandar la reparación debida cuando se ha comprobado, en una investigación que incluya a todas las partes, que corresponde hacerlo.

Es un cargo que necesita autonomía, no tiene a quién consultar a la hora de decidir los términos de una carta o los de su columna semanal.

¿Quiénes tienen la figura? Los periódicos más importantes del mundo. Cualquiera de las empresas de importancia, sean periodísticas o no, tienen la conciencia de que entre sus activos empresariales debe figurar la credibilidad, que es un bien intangible ciertamente, pero un intangible con resultados concretos: mantiene la lealtad de la clientela; en el caso del periódico, de los lectores.

¿Qué se gana? El medio gana credibilidad, fortalece la confianza de sus lectores, obtiene una renovación permanente de ideas e iniciativas en su interior y sobre todo, un sistema de alerta que le impide cometer errores, o que lo insta a rectificarlos.

La defensora no es una fiscal, ni una dictadora, ni un policía; es una periodista que conoce el diario y el oficio y que actúa como mediadora en los conflictos que surgen entre las fuentes y los periodistas, pero su responsabilidad máxima siempre será representar al lector.

Una de las defensoras del lector del diario El Tiempo , Cecilia Orozco, dijo en una ocasión que ‘somos aves de paso’, pero ello no impide el deseo profundo de cumplir honorablemente el oficio que se me ha encargado y yo me ratifico en ese pensamiento.

DEFENSORA DEL LECTOR

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