• 10/11/2012 01:00

Cuatro años más para Obama

Este 6 de noviembre consolidó la reelección de Barack Obama en EE.UU., ante la indiferencia de los latinoamericanos, que, por la incompr...

Este 6 de noviembre consolidó la reelección de Barack Obama en EE.UU., ante la indiferencia de los latinoamericanos, que, por la incomprensión de su sistema electoral, por las mínimas diferencias ideológicas entre republicanos y demócratas y ante la ignorancia total sobre su relación económica y política con América Latina, aplaudimos su reelección.

Su cómodo triunfo sobre Romney lo muestran sus 303 votos electorales, en un sistema indirecto de elección en el que los Estados eligen delegados al Colegio electoral, donde se requieren 270 votos de sus 538 integrantes para ser elegido presidente. Sin embargo, estos cuatro años de Obama se desarrollarán en un país polarizado, en franca crisis económica, con un desempleo del 7.2%, con varios frentes de guerra en acción, y con una Cámara de Representantes en poder Republicano.

A la hora de la verdad, para nosotros los latinoamericanos, si ganaba Obama o Romney, todo sigue igual, ambos representan un país que siempre nos ha atropellado y no nos ha permitido construir un modelo natural socioeconómico justo e igualitario para nuestros pueblos. Un decadente imperio, que aún sostiene presidentes y gobiernos latinoamericanos dóciles, que sin tapujos regalan nuestros recursos naturales y nos someten a la más vil explotación del capital internacional.

En estos cuatro nuevos años Obama mantendrá su política de injerencia en los países progresistas, sobre todo los del Cono Sur, que muestran un dinamismo económico y una integración cónsona con sus principios de progreso y modernización. No olvidemos que el gobierno de Obama deja ensangrentado todo el norte africano y el Medio Oriente, inventó todo lo que quiso para acabar con Komeini y con Gadafi; apoyó todo movimiento oligárquico que buscara el poder a través del golpe militar o desequilibrio social en Venezuela, Bolivia y el Ecuador; agudizó el control contra la salida del dólar por los negocios del narcotráfico, pero sin acabar con el consumo masivo interno de la droga.

Este es el escenario que abre el nuevo mandato de Barack Obama, un gobierno en crisis, con alto desempleo, con un dólar en franca caída y con una economía que crece en solo un 0.5% por año; un país que no aguanta el dinamismo de China Popular y los países emergentes, un país que se anexa a la crisis financiera que cubre toda la Unión Europea, un pueblo que clama por salir de Afganistán y devolverle la paz al mundo, un país con la más grande deuda externa.

Sin embargo, para nosotros los panameños, Estados Unidos marca un referendo en nuestra historia republicana, ya sin su presencia física en nuestra nación, aún es nuestro referente político y comercial por excelencia y con Obama, por cuatro años más, mantendremos nuestro puente con su embajada y en cualquier toma de decisión económica o política de nuestros gobiernos, incluyendo el nuevo gobierno del 2014, allí se seguirán haciendo los consensos, las negociaciones y las decisiones políticas que siempre han definido nuestro futuro como país democrático y soberano.

Por tal razón, este 6 de noviembre, la elite política de nuestro país estuvo recibiendo todos los pormenores del evento electoral, en la casa del embajador estadounidense y con todo el apoyo de los medios masivos de comunicación.

ECONOMISTA.

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