• 26/03/2013 01:00

Sonda y Mi Bus, pónganse a trabajar...

Cuando se nos planteó que se harían los acuerdos y negociaciones debidas para eliminar la presencia en nuestras calles de los Diablos Ro...

Cuando se nos planteó que se harían los acuerdos y negociaciones debidas para eliminar la presencia en nuestras calles de los Diablos Rojos, quedamos contentos. Pero, y siempre había un pero, nos llenábamos de temor al pensar en los grandes costos que ello significaría para el gobierno que asumiera ese reto.

Creo, sin temor a equivocarme, que ese resultaba el punto principal para que otros gobiernos no enfrentaran la decisión. Los Diablos Rojos, se convirtieron en perniciosos, por la falta de mantenimiento, por el desorden con que salían a las calles, por los muertos, lesionados, heridos y afectados que dejaron a través del tiempo, por la mala calidad del servicio, por servir de refugio a una dirigencia que se convirtió en chantajista del pueblo y de las autoridades, por los grandes negociados que representaba para los ‘dirigentes’ de piqueras y de las concesionarias, por el vocabulario ofensivo de muchos de sus conductores, por no tener seguro de cobertura a favor de los pasajeros y por otra larga lista de elementos. Entre ellos podemos mencionar la mala calidad del servicio, el no pago de las boletas de circulación, el no afrontar los préstamos que les extendió el Banco Nacional de Panamá, donde metieron ‘perro muerto’ por muchos millones de dólares, daños a la propiedad ajena sin cubrir, y otras.

Desde hace dos años, se comenzó a implementar el nuevo servicio de los Metrobuses, siempre con la intención de que soportáramos las deficiencias iniciales, ya que al final del proceso, según sus directivos, todo sería ‘color de rosas’. Pero qué gran chasco nos hemos llevado. Han sido muchos los sinsabores que estamos padeciendo por la falta de planificación, organización e implementación de la empresa colombiana Mi Bus y de Sonda, la que regenta el proceso de pago por tarjetas.

Ambas administraciones no han querido aceptar que no pueden aplicar modelos operativos que resultaron en Colombia y otros países. Panamá con su modelo propio, tiene que aplicar planes que permitan que el servicio llegue seguro, confiable y a tiempo, convirtiéndose en la solución y no en parte del problema, como estamos observando.

Lo lamentable es que al parecer ni el ministro Roberto Henríquez, como parte de la estructura de gobierno en la administración de ambas empresas, ni el del Gobierno y Justicia, Jorge Ricardo Fábrega, hayan exigido que se apliquen los cambios necesarios para que ese servicio, que debió mejorarnos la calidad de vida, sea en esencia eso y no los graves traumas diarios que observamos padecer a los miles de panameños.

El presidente de la República, Ricardo Martinelli, estando en la misa de ascensión al trono de San Pedro del nuevo papa, envió varios mensajes fuertes y de estricto cumplimiento para que se pusiera orden en el mal servicio que estaban prestando los Metrobuses. Y solo el director del la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre, Roberto Moreno, ha tomando la ordenanza del mandatario y está exigiéndole a los administradores de Sonda y de Mi Bus que agilicen las frecuencia, varíen el plan de salida en todas las rutas, con énfasis en las áreas de mayor concentración humana, como la 24 de Diciembre, La Doña, 5 de Mayo, Los Pueblos y en barriadas de la periferia.

No se vale que el país pague un elevado subsidio a estas empresas por un mal servicio. Los términos para que se cambie el modelo no operativo con que se desarrollan las actividades de esas empresas, deben variar a corto plazo. El daño que estamos padeciendo en suspensiones laborales, destituciones, descuentos en dinero, traslados, horas hombres pérdidas, horas de sueño, afectaciones en muchos hogares, suman cifras millonarias. Hasta los empresarios han solicitado a estas empresas que adopten un plan mejor organizado, que acelere el movimiento de pasajeros desde y hacia los sitios de mayor afluencia de pasajeros en las llamadas ‘horas pico’.

Hay que reconocer que ha sido el ‘jalón de orejas’ que les pegó el presidente Martinelli, seguido del monitoreo del director de la ATTT, el que ha generado los cambios en el sistema de metrobuses que debe mejorarnos la calidad de vida desde esta semana.

PERIODISTA.

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