• 21/09/2013 02:00

Escuela Presidente Porras

El más grande estadista y tres veces presidente de este país (1912-1916, 1918-1920 y 1920-1924), Dr. Belisario Porras Barahona, después ...

El más grande estadista y tres veces presidente de este país (1912-1916, 1918-1920 y 1920-1924), Dr. Belisario Porras Barahona, después de haber modernizado el Estado panameño y dejado tantas obras de importancia para su patria, quiso dejar para su pueblo el mejor regalo que estadista alguno pudiera dejar en la tierra que lo vio nacer; una escuela, un centro de saber, un lugar donde las generaciones de tableños y tableñas se formaran académicamente para que contribuyeran como él, a la construcción de la patria.

Belisario Porras, en la conclusión de su último periodo presidencial, inaugura en nuestro suelo tableño el 20 septiembre de 1924 la Escuela Modelo Presidente Porras, y la construye en el estilo arquitectónico por el que siempre se sintió atraído, el estilo Neoclásico. El Dr. Porras con la visión futurista que lo caracterizaba, quiso que su pueblo de Las Tablas tuviera no una simple escuela, sino que tuviera la mejor escuela que se pudiera construir en aquella época de inicios de la República y que hasta nuestros días no hay construcción semejante, salvo el glorioso Instituto Nacional (inaugurado en 1911), ubicado en la capital del país y la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena (inaugurada en 1938) en Santiago de Veraguas.

La Escuela Modelo Presidente Porras, es una de las más bellas a nivel nacional, con gruesas paredes de ladrillo, mismos que se ven expuesto en el exterior, dándole un imponente color rojizo al edificio. Cuenta con amplios salones de clase, grandes ventanales de madera estilo persiana, condiciones óptimas para el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje. En la torrecilla que corona la estructura, se encuentra un hermoso reloj que fue colocado en la década del 30 del siglo XX por iniciativa del comerciante tableño Virgilio Sosa.

Haciendo un poco de historia sobre la Escuela Modelo, es importante destacar que el Dr. Porras en el periodo anterior a 1924, compra a los descendientes de la familia Velásquez Espino, una casa grande que ocupaba la parte alta o loma que los pobladores de antaño llamaban ‘El Perú’, donde dormían y sesteaban hatos de cabras y chivos. En ese montículo se edificó la Escuela Modelo, con diseño del arquitecto peruano Leonardo Villanueva Meyer (quien también participó en la remodelación del Palacio de Las Garzas y otras obras del Dr. Porras), y cuyo constructor fue un señor suizo llamado Agustín Induni Ferrari. Este señor Induni Ferrari, con el deseo de hacer una buena obra, enseña al señor Antonio Zambrano (oriundo de Santo Domingo de Las Tablas) sobre la composición de los materiales y medidas requeridas para hacer los ladrillos con la suficiente resistencia para la magnitud y grandeza de la obra requerida que unidas a la habilidad del constructor, hoy después de 89 años, desafían el tiempo.

Es importante recordar que en esta obra, trabajaron los señores Moisés Espino y Claudio Vásquez, como supervisor y capataz respectivamente, y que la construcción, según datos no bien confirmados, tuvo un costo de B/. 100 000.00 (cien mil Balboas de la época). Las adversidades a las que se enfrentaron en la construcción fueron muchas, pues tropezaron con rocas muy duras (estas rocas todavía se ven en frente de la fachada de la escuela) por donde debían pasar las fundaciones de la edificación.

Fue imposible romper dichas rocas a pico y pala, por lo que se tuvo que recurrir a la utilización de dinamita para poder abrir paso. Estas dificultades fueron vencidas por la perseverancia y férrea voluntad del hombre, cuyo propósito fue el de culminar con éxito la obra iniciada.

Al inaugurar la Escuela Modelo en 1924, ésta contaba con 15 aulas de clase, un salón de actos con instalación para cinematógrafo (lo que llamamos aula máxima), salón de trabajos manuales.

El paso del tiempo desmejora parte del edificio, y gracias al gobierno revolucionario, que se percata del estado de abandono y lamentable deterioro en que se encontraba el centro educativo, realizó una restauración, además de construir un anexo de seis aulas y un gimnasio. El aula máxima fue restaurada por la Asociación de Padres de Familia, ya que el comején acabó con el piso de madera que tenía, por lo que se usaron 100 carros de tierra para hacer el relleno y construir el piso con concreto al que también se le colocó mosaicos.

En la actualidad, la escuela cuenta con 27 maestros de grado, 15 maestros especiales, cinco administrativos, seis trabajadores manuales, un Gabinete Psicopedagógico integrado por tres psicólogos y una trabajadora social. Cuenta también con 21 aulas de clases, la subdirección, dirección, comedor escolar, aula máxima, gimnasio, laboratorio de ciencias, biblioteca, un laboratorio de informática con 20 computadoras y una población escolar de más de 500 alumnos.

Cada tableño debe sentirse orgulloso y regocijado por tener en su suelo esta escuela modelo, que mediante Ley 57 de 1998, fue declarada Monumento Histórico Nacional, que, para los que tuvimos la oportunidad de ser egresados de sus aulas, la consideramos una Catedral del saber, y como dijo el Dr. Octavio Méndez Pereira el día de la inauguración: ‘Esta escuela será como una atalaya de luz sobre el acrópolis tableño’.

PROFESOR DE MÚSICA, ACORDEONISTA Y FOLCLORISTA.

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