• 16/12/2013 01:00

Con los votos masoquistas Martinelli no puede perder

Dicen algunas encuestas sospechosamente afines a Palacio, o por encargo, que el candidato del mandatario está a punto de rebasar el índi...

Dicen algunas encuestas sospechosamente afines a Palacio, o por encargo, que el candidato del mandatario está a punto de rebasar el índice de popularidad que para las pasadas elecciones mostraba Ricardo Martinelli. Un afable amigo de las mediciones populares me esbozó su tesis en el sentido de que con votantes masoquistas es lógico que el auto proclamado rey de los orates no puede perder la próxima contienda.

Veamos sus razonamientos. Señala que desde que se encaramó la ñamería, no deja de ver a diario por televisión, las muestras de simpatía que concitan, de uno a otro confín del país, los (des) aciertos que proceden de la ‘iluminada’ testa del señor Presidente. Enfatiza que esas reacciones que tarde tras tarde repiten como manda la teoría de Goebbels, ya han calado en las mentes de la ciudadanía.

Recuerdas lo qué pasó en Bocas del Toro con la ley chorizo? Pregunta y se responde. Todos esos ciudadanos que en esa región y el resto de la geografía se levantaron contra la misma y en las calles formaron el alboroto que produjo indígenas asesinados, niños, ancianos, mujeres y hombres impactados con perdigones, se traducen en panameños que pasan por alto que no fueron indemnizadas las víctimas de la represión policial, ya perdonaron la masacre y van a votar por el gobierno pues fueron consultados por sus ‘expertos’.

También respondieron, favorablemente, los colonenses que después protestaron contra las ventas de las tierras de la Zona Libre y el secular olvido de esta provincia por parte de todas las administraciones, e igualmente fueron victimizados con muertos y heridos, que a estas alturas no han recibido ni disculpas ni reparación por los daños y perjuicios ocasionados Dan por descontado que ya olvidaron todo lo ocurrido.

De igual forma, esas madres de los sectores populares de cada barrio y población, de una cantidad apreciable de lugares que se ven reclamando agua potable que nunca llega, a pesar que se paga cuota mensual a la autoridad del vital líquido, saben que el ungido por la gente de lo que no es ni cambio, ni democrático, solucionará. El jefe supremo lo tiene fríamente calculado, si por fin dota de líquido a todos los pobres de esta tierra, le quita la posibilidad a su candidato que está llamado a resolver con la privatización para sus amigotes en el próximo quinquenio. Estas mujeres han confirmado a los encuestadores que las han entrevistado, su disposición al perdón y al voto.

Otro tanto ocurrirá con el transporte y los centenares de miles de trabajadores que madrugan a las tres y no hay buses porque el negociado subsidiado por el régimen no puede ser afectado, llegan todos los días tarde a laborar, pero eso no importa, el Metro que en otros países se pagó con varios millones menos del costo que pagan los contribuyentes, acabará con el problema. Esa promesa anima a mujeres y varones, a esperar con la paciencia de Job a que la situación mejore.

Para no extendernos, las gentes que en las ciudades terminales de Panamá y Colón están inmersas en la basura que no se recoge, con su secuela de alimañas, malos olores y peligro de epidemias, suma muchísimos votantes irrespetados por quienes los consideran masoquistas, que eximen de responsabilidad a quienes suplantaron el aparato municipal de recolección por una autoridad que ve en los desperdicios el trampolín perfecto para saltar a las aguas de una piscina sin fondo llena de billetes. Ellos también ven con el optimismo de los consultores, el fin de su martirio mal oliente, cuando gane el aspirante de la enajenación mental y la corrupción. . No comparto esta posibilidad, pero no deja de ser preocupante, pues las contradicciones humanas fortalecen el concepto que dice que, en política no hay sorpresas sino sorprendidos, de modo que todo puede suceder.

PERIODISTA

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