• 05/01/2014 01:00

El pueblo fue el protagonista

El 9 de Enero de 1964 es una fecha histórica en la lucha por alcanzar la plena soberanía, la eliminación del enclave colonial y la recup...

El 9 de Enero de 1964 es una fecha histórica en la lucha por alcanzar la plena soberanía, la eliminación del enclave colonial y la recuperación del Canal, que se caracteriza porque constituye el punto de inflexión en el devenir histórico de la República, donde se trocó el revisionismo oligárquico por la derogación total del tratado Hay-Bunau Varilla, firmado en Washington el 18 de noviembre de 1903, donde el pueblo panameño fue el protagonista.

En efecto, desde el primer instante en que la geopolítica estadounidense nos impuso el Tratado del Canal de Panamá, se inició también la lucha de los patriotas istmeños por la abrogación de dicho convenio, pero paralelamente también se esgrimió por parte de los sectores dominantes pronorteamericanos las tesis revisionistas que se prolongaron hasta 1967 con los malogrados Tratados Robles-Johnson, conocidos popularmente como los ‘Tratados 3 en 1’.

Es decir, el pueblo y sus vanguardias políticas a lo largo de este período tuvieron que enfrentar una doble lucha, por un lado, a las fuerzas antinacionales constituidas básicamente por la oligarquía, y por el otro, al ejército de ocupación acantonado en 12 bases militares establecidas en las riberas del Canal, así como a los ‘zonians’ y al ‘¿gobernador de qué?’ del enclave colonial designado Zona del Canal. Otro hecho a destacar en esta desigual y difícil lucha del pueblo panameño fue el contexto internacional de la bipolaridad ideológica, producida con el triunfo de la revolución rusa de 1917 y acentuada con la ‘guerra fría’ — originada luego de la Segunda Guerra Mundial — entre las dos potencias que emergieron victoriosas, Estados Unidos y la Unión Soviética.

De allí que todas o casi todas las batallas populares fueran calificadas de ‘comunistas’ por los gobiernos oligárquicos que se sucedieron en el poder de 1903 a 1968, actividad en la que la Policía primero, y luego la Guardia Nacional, siempre sirvieron de instrumento de represión al servicio de los sectores dominantes internos y de los intereses norteamericanos en el enclave colonial. De manera que, antes y después del 9 de Enero de 1964, subsistieron tanto la tesis de anulación del Tratado del Canal de 1903 sustentada por el movimiento popular, como el revisionismo oligárquico, prueba histórica lo constituye el intento de burlar el mandato de los mártires del 9 de Enero, por parte del gobierno de Marcos Robles con los tratados revisionistas, anexionistas e inadmisibles de 1967. En consecuencia el 9 de Enero de 1964, es el hito irreversible en el cual es derrotada la tesis revisionista oligárquica y se impone la propuesta de derogar definitivamente el tratado que ningún panameño firmó.

Coyunturalmente la lucha es desencadenada por una iniciativa de la Asociación Federada del Instituto Nacional (AFIN), miembro de la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP), pero la insurrección popular es obra del pueblo panameño. Sin embargo, aún la historiografía oficial insiste en inexactitudes históricas referentes al 9 de Enero de 1964; por ej., se dice que quienes entregan la bandera desgarrada al presidente de la República son estudiantes institutores. La realidad histórica es que la enseña es mostrada al mandatario por una delegación de la FEP, de la cual formaba parte la AFIN, ello explica la presencia en la foto emblemática del dirigente Ramiro Vásquez Chambonnet. Dicha delegación de la FEP, en nombre y representación del pueblo panameño, conminó al presidente a romper relaciones diplomáticas con EE. UU.

Hoy, a 50 años de esa gesta patriótica, paradójicamente, los mayores beneficiarios del Canal y de las ‘áreas revertidas’, son los descendientes de la oligarquía antinacional del siglo pasado, mientras el pueblo continúa a la espera de que el Estado cumpla con la deuda social contraída y haga realidad la máxima torrijista del ‘uso más colectivo posible’ de los bienes del Canal.

ABOGADO Y ANALISTA POLÍTICO.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus