• 13/03/2014 01:00

El que dice lo que no debe...

Araíz de las desafortunadas declaraciones del señor Sergio González Ruiz en contra de la familia de Jorge Rubén y Jesús Lisímaco Rosas, ...

Araíz de las desafortunadas declaraciones del señor Sergio González Ruiz en contra de la familia de Jorge Rubén y Jesús Lisímaco Rosas, en donde hizo señalamientos irrespetuosos e infames sobre la trayectoria de estos conocidos políticos, los cuales tienen en su haber décadas de estar en la palestra pública dando ejemplos de honestidad, vocación de servicio a la nación y al pueblo panameño, jamás han estado en un escándalo, ni han sido señalados en actos de deshonestidad, corrupción o de actos impropios de una persona con solvencia moral, Jesús (Maco) Rosas, en una conferencia de prensa, salió en la defensa del nombre de toda su familia, haciendo duros señalamientos contra el actual jerarca del MOLIRENA, al cual señaló de cometer actos impropios y hasta delictivos contra la fe pública y el patrimonio económico del partido en mención.

En lo personal conozco la trayectoria de Jorge Rubén Rosas desde 1984 cuando regresó a la Asamblea Nacional como legislador de oposición, trabajó, presentó y participó en la presentación de leyes que en su momento beneficiaron al país, pero también se opuso a muchas que según su criterio lo perjudicaban, eso lo hizo en los tiempos duros, donde pocos se atrevían a levantar su voz en contra.

Ya después de la invasión fue ministro de Trabajo y observó una actitud rectilínea y conciliadora con la clase obrera. En su administración no hubo ninguna huelga, pues evitó que sectores recalcitrantes y oscuros, que tenían poder político y económico, reformaran el Código de Trabajo integralmente para eliminar los derechos adquiridos por los trabajadores, bloqueó de forma enérgica su reforma total.

Siempre escuché sus discursos con atención, ya que desde su curul, con su voz pausada y serena, defendía o atacaba posiciones y argumentos que iban contra su conciencia.

En esos años duros para el PRD, los Rosas jamás fueron perseguidores, frenaron abusos y venganzas de muchos que hoy se dan golpe de pecho, y con ligereza lo combaten con argumentos infames. Los Rosas buscaron, trabajaron por la unidad nacional y la reconciliación de la familia panameña, que en esos momentos estaba dividida, había odio y rencores profundos entre los panameños. Esa época la viví y Dios me dio la oportunidad de ser testigo de la historia.

Es por tal motivo que las palabras vertidas por el actual jerarca del MOLIRENA contra la familia Rosas, me causaron un gran estupor y molestia, pues he visto lo que era MOLIRENA con la administración de Jesús Lisímaco Rosas, un partido fuerte con mística, había dirigentes con moral, con principios, orgullosos de sus símbolos y racionales tamboreras. Eso no se ve actualmente, ahora, al tintineo de las pesetas, los actuales dignatarios han reemplazado la honorabilidad, militancia, entrega y vocación de servicio en un triste y oscuro negocio.

Es por lo que considero que los Rosas y todos aquellos exMOLIRENAS le van a dar una dura lección a los que han entregado su partido, pues su posición acertada de firmar alianza basada en programas y proyectos de desarrollo para la nación con el PRD y apoyarlo con sus voto de dirigentes, militantes y simpatizantes llevará a Juan Carlos Navarro a la Presidencia del país el próximo 4 de mayo, para comenzar una época de oro para nuestra nación y nuestro pueblo, pues la experiencia de este amplio sector de independientes es invaluable y necesaria, para salvar a nuestro país de la explosión social que tenemos sobre nuestras espaldas, por culpa de un gobierno irresponsable, que no ha respetado la institucionalidad del país y nos está llevando a una situación peligrosa para la paz, concordia y felicidad de nuestro pueblo.

Para finalizar, solo quiero hacerle una recomendación a la familia Rosas y es que la solvencia moral, la estatura política y la clase son virtudes de estadistas y el actual abanderado del MOLIRENA ni siquiera conoce estas cualidades.

PERIODISTA.

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