Cuando el 'bullying' se convierte en un problema para el aprendizaje

Actualizado
  • 10/10/2019 00:00
Creado
  • 10/10/2019 00:00
Los padres nos preocupamos cuando nuestros hijos tienen problemas de aprendizaje en la escuela. Hay muchas razones para el fracaso escolar, pero entre las más comunes se encuentran específicamente los problemas del aprendizaje.

Los padres nos preocupamos cuando nuestros hijos tienen problemas de aprendizaje en la escuela. Hay muchas razones para el fracaso escolar, pero entre las más comunes se encuentran específicamente los problemas del aprendizaje. Ellos tratan arduamente de seguir las instrucciones, de concentrarse y de portarse bien en la escuela y en la casa. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, tienen mucha dificultad dominando las tareas de la escuela y se atrasan en sus actividades |escolares.

Los problemas del aprendizaje afectan a tres de cada 10 niños de edad escolar. Existe la creencia de que los problemas del aprendizaje son causados por alguna dificultad con el sistema nervioso que afecta la recepción, el procesamiento o la comunicación de la información. Algunos niños con problemas del aprendizaje son también hiperactivos, no se pueden quedar quietos, se distraen con facilidad y tienen una capacidad para prestar atención muy corta.

Estas características son las que hacen que sus otros compañeros se burlen de ellos y los alejen de su círculo de amigos, dificultándoles la manera como se relacionan y se desarrollan en el ambiente escolar. Además, cuando un niño tiene problemas para procesar la información que recibe, le delata su comportamiento, y esta situación la convierte en un blanco fácil de sus compañeros que pueden llegar a ser muy crueles. Frecuentemente estos niños son hostigados y burlados, menospreciados y víctimas de toda clase de bromas y apodos. Estas agresiones que ocurren diariamente se califican dentro de un fenómeno mundial que se llama bullying o acoso escolar.

Aunque muchos especialistas sostienen que los problemas del aprendizaje se pueden tratar, si no se detectan y se les da tratamiento a tiempo, sus efectos pueden ir aumentando y agravarse.

Por ejemplo, un niño que no aprende a sumar en la escuela primaria no podrá entender álgebra en la escuela secundaria. El niño, al esforzarse tanto por aprender, se frustra más y más y desarrolla problemas emocionales, tales como una baja autoestima ante tantos fracasos. Algunos niños con problemas de aprendizaje se portan mal en la escuela porque prefieren que los crean “malos” a que los crean “poco inteligentes”.

Estos problemas merecen la evaluación comprensiva por un experto que pueda analizar todos los diferentes factores que afectan al niño. Un especialista podrá ayudar a coordinar la evaluación y trabajar con profesionales de la escuela y otros para llevar a cabo dicha evaluación y las pruebas correspondientes. Ello incluye el hablar con el pequeño y todo su entorno familiar, evaluar su situación, revisar las pruebas educativas y consultar con la escuela. Es importante reforzar la confianza del niño en sí mismo, tan vital para un desarrollo saludable, y también ayudar tanto al padre como a la familia a entender mejor y poder hacer frente a las realidades de vivir con un niño que sufre. Muchos docentes se quejan que los discentes no respetan los límites, no muestran interés en aprender, cuestionan los contenidos y la forma de darlos a conocer. Los alumnos suelen reaccionar con violencia hacia los profesores y se manejan con golpes e insultos entre ellos.

Si bien el paso de la niñez a la adolescencia suele ser conflictivo, la situación parece sobrepasar lo “normal”. Las bromas pesadas, la discriminación, el bullying y la violencia muchas veces generan déficit de atención, problemas de aprendizaje y trastornos de ansiedad o depresión. Hay que tener mucho cuidado con todos los comportamientos del infante, cuidarlo y siempre observarlo, para estar atento en su proceso de desarrollo y poderlo ayudar.

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