Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
- 10/01/2012 01:00
- 10/01/2012 01:00
PANAMÁ. La mañana del 10 de enero de 1964, con las relaciones diplomáticas entre Panamá y Estados Unidos rotas tras los sucesos sangrientos ocurridos desde el día anterior, la línea de contacto entre el Palacio de Las Garzas y la Casa Blanca estaba en alta tensión.
Luego de que el presidente de EEUU Lyndon Johnson iniciara la llamada telefónica de conexión y esbozara con palabras tácticas su interés en lograr una reconciliación con el pueblo panameño, el presiente Roberto F. Chiari, quien lo había escuchado sin interrupción, lo interpeló con una tenacidad única. Y única no solo porque en ningún momento le tembló la voz al plantear la exigencia de solucionar desde la raíz el conflicto -la perpetuidad dada a Estados Unidos en la Zona del Canal por el tratado Hay-Bunau Varilla-, sino también porque cada frase la fue hilvanando con tal sutileza para que Johnson lo escuchara como si le dijera un poema, eso sí, un poema lleno de razones claras de una nación ultrajada, en la voz categórica de su presidente. Incluso, Chiari (Ch) tomó la precaución de preguntar al intérprete (I) si Johnson (J) lo estaba escuchando bien para asegurarse de que sus palabras golpearan su tímpano y se le grabaran bien claras en el cerebro.
ORIGEN DEL PROBLEMA
J (I): Vamos a tener que averiguar, señor presidente, todos los hechos que provocaron esta violencia y es el motivo porque va a ir el señor Mann para que pueda recoger todos los hechos y para que pueda después formular a mí sus recomendaciones.
Ch: Eso está bien. (Le cortó) Pero recuérdele al presidente Johnson que desde el año 1961 yo estuve en Washington para hablar con el presidente Kennedy y que durante ese tiempo hasta la fecha no se ha hecho prácticamente nada, absolutamente nada, para tratar de resolver esta situación que cada día ha venido deteriorándose al extremo que tenemos 8 o 10 muertos y más de 200 heridos en los hospitales.
I: Un momento, señor presidente. (Pidió el intérprete para que continuara Johnson en inglés). Nosotros, señor presidente, no podemos justificar de forma alguna la violencia y debemos mirar para el frente y no para atrás. Por eso es que va a ir el señor secretario Mann ahí, para la continuación de las conversaciones que Panamá tuvo con el presidente (Dwight) Eisenhower en el 60 y con el presidente Kennedy en el 61, para ver averiguar exactamente lo que podemos hacer para resolver esta situación. Porque tenemos aquí problemas también iguales en los EEUU. Tenemos que averiguar los hechos para poder llegar a soluciones. La violencia nunca es una forma para solucionar problemas de clase alguna y tengo la seguridad que usted, señor presidente, y el señor secretario Mann podrán llegar a un acuerdo de comparar, intercambiar ideas para que podamos solucionar estos problemas.
Ch: No, yo... estamos de acuerdo, la violencia no conduce a nada, pero también la intransigencia para atender estos problemas como ha ocurrido últimamente. Llevamos más de dos años y no se ha logrado nada. Es lo que ha motivado más o menos una situación como esta...
I: Un momento, por favor. Intérprete traduce.
Ch: . ..Si él se diera cuenta que aquí lo que conduce, como hombres prácticos y responsables, él ante su país y yo ante el mío, para actuar rápidamente con sentido de la realidad, con sentido de la realidad.
I: El presidente Johnson dijo, señor presidente, que sus auxiliares de mayor confianza estarán en avión dentro de 30 minutos camino de Panamá...
Ch: ¿A qué hora estarán en Panamá?
I: ...y que él confía que usted mantendrá el orden en Panamá como él lo mantendrá acá. ¿Qué usted preguntó, señor presidente?
Ch: ¿A qué hora pueden llegar a Panamá ellos?
I: Un momento, señor presidente.
I: Ellos avisarán, pero el presidente dijo aproximadamente unas cinco horas después de salir.
Ch: ¿Cómo dijo?
I: Aproximadamente cinco horas después de salir a Panamá.
Ch: ¿Como dentro de un par de horas?
I: Aproximadamente 7 de la noche, tal vez, 7 de la tarde.
Ch: ¿Siete de la noche?
I: ¡Sí, señor!
Ch: Bueno, está muy bien. Dígale que muchas gracias, que yo le agradezco su cooperación. Seguimos hablando sobre el asunto.
(Se excusa Johnson) I: El presidente Johnson desea declarar que no puede ir más rápido que eso, je, je, je (ríe apenado el intérprete).
Ch: Bueno, dígale que está bien, dígale que está bien...
I: Tenemos serios problemas aquí, como ustedes tienen ahí. Como el señor presidente reconoce y esos problemas van a exigir, la voluntad, la buena fe y la sabiduría de tanto ustedes como nosotros para llegar a una solución.
Ch: ¡ Cómo no! Pero dígale al presidente Johnson que una de las cosas que yo admiro de él es que él es un hombre de acción y de pocas palabras. Nosotros esperamos que en esta ocasión va haber una acción pronta, rápida y justa para estos problemas.
J: Thank you very much. Goodbye!
3 DE ABRIL 1964
Después de casi tres meses de la agresión armada, los diplomáticos de ambos países acordaron comenzar a negociar. Johnson contactó nuevamente a Chiari por teléfono:
J: Hello!
Ch: ¡Aló!
Johnson, a través de su intérprete I: Señor presidente, aquí habla Lyndon Johnson. Yo quería expresar nuestra gran satisfacción al acuerdo que hemos llegado.
Ch: ¡Cómo no!, dígale que está bien. Que le doy las gracias y que a mí también me complace que ambos países hayan encontrado el entendimiento necesario para reanudar las relaciones diplomáticas e iniciar gestiones para eliminar las causas del conflicto que nos viene separando desde hace un tiempo.
I: Sí, señor presidente. Agradecemos inmensamente que usted haya cooperado con nosotros y hoy día el hombre más fuerte, más capaz que yo conozco para esta función, el ex secretario de Hacienda, señor Robert Anderson.
Ch: ¿Robert Anderson?
I: ¡Sí, señor!
Ch: ¿Lo ha nombrado como embajador especial o como embajador diplomático?
I: Ha sido nombrado como embajador especial para las negociaciones. Ha servido como secretario de Hacienda bajo el presidente Eisenhower, y es un caballero que goza de toda mi confianza.
Ch: ¡Cómo no! Dígale que está bien, muchas gracias. Yo me alegro mucho. Yo también procuraré escoger una persona capaz de llevar adelante estas gestiones. Nosotros anunciaremos en el transcurso de mañana quién va a ser el embajador de Panamá allá en Washington.
J: Thank you very much. I: Agradecemos inmensamente, señor presidente, y aunque no sepamos el nombramiento del embajador panameño deseo declarar que el señor Anderson es un abogado de primera clase, es un profesor de derecho y que su misión será llegar a un acuerdo que sea justo para los dos países.
Ch: Está bien. Dígale que muchas gracias y que también espero que así sea. Si hay la suficiente voluntad entre los países podemos encontrar la solución a todas las diferencias que han habido y en el futuro ambos pueblos van a mantener relaciones amistosas y sinceras, ya que tenemos comunes intereses en la vía interoceánica...