

- 09/09/2025 00:00
Miles de panameños esperan todos los días en hospitales con salas de espera abarrotadas para conseguir citas con especialistas que a veces no están, hacen filas por recetas para medicamentos que muchas veces no tiene la farmacia, y son atendidos por personal que lleva más de 24 horas trabajando, en el más común de los casos, exhausto, a veces grosero y responsable de tomar decisiones que afectarán la vida de los pacientes y sus seres queridos.
Una visita al Instituto Oncológico Nacional (ION) da un pantallazo a la realidad que viven muchos pacientes en el país. Fuera del edificio esperan en sillas de ruedas, con mascarillas y gorritos en la cabeza para protegerse del frío dentro del hospital y en algunos casos tapar la caída del cabello ocasionada por los tratamientos de quimioterapia. Sus ojos reflejan cansancio, no sólo de luchar contra la enfermedad, que requiere una fortaleza física y emocional titánica, sino del calvario diario de trasladarse hasta el lugar, de aguantar el tranque en la calle y de la burocracia en el hospital.
“Yo personalmente vengo en bus, hay que hacer mucho trámite desde Aguadulce, y creo que una de las partes importantes es el transporte a nivel nacional sobre el tema de nosotros los pacientes oncológicos”, manifestó la presidenta y fundadora de la Asociación de Pacientes Sobrevivientes de Cáncer en Coclé, Maritza Barrera. “Hay que brindar la atención adecuada dentro de los hospitales, porque nos hemos encontrado con mucha deficiencia de atención, especialmente todos aquellos pacientes que tienen que venir al Oncológico. En la tramitación a veces hay mucha debilidad dentro del sistema, hace falta documentación, me toca estar yendo a los hospitales a buscar la documentación que hace falta de los pacientes, nuestros compañeros de batalla. Hay que trabajar en conjunto, hay que trabajar unidos y hay que seguir la lucha y la batalla contra el cáncer en toda la nación”, manifestó.
Barrera asistió a la apertura oficial de los servicios del Hospital de Cancerología de la Ciudad de la Salud en abril de este año. La estrategia de la actual administración es, gradualmente, unificar los servicios del Ministerio de Salud (Minsa) y la Caja de Seguro Social (CSS), algo que Barrera ve con buenos ojos. “Tenemos que unificar todo, tenemos que ir trabajando poco a poco. Es importante, muy importante que continuemos las ONG dando el todo por el todo”, destacó.
Los pacientes de cáncer no son los únicos afectados por las deficiencias del sistema de salud público. No hace falta conversar con muchos asegurados de la CSS o pacientes del Minsa para encontrar quejas. Entre las personas que mejor conocen el sistema y sus debilidades están los pacientes crónicos.
“Para conseguir una referencia o contrarreferencia de un especialista, el tiempo de espera no es menos de los seis meses”, cuenta Alexander Pineda, presidente de la Asociación de Pacientes, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Enfermedades Críticas, Crónicas y Degenerativas. “Si requiere hacer un examen especializado, un ecocardiograma, está en la misma situación. Y en el caso de estos pacientes, esa atención solo se recibe en los hospitales de tercer o de cuarto nivel, que entonces tampoco hay en todas las regiones. En Chiriquí solo tienes el Rafael Hernández; en el área de Coclé tienes Aguadulce; de allí hay que venir hasta Panamá para entonces encontrar los otros hospitales. Eso hace que este paciente tenga que interrumpir su vida, comprar medicamentos, viajar para recibir atención y no comer en su casa. Los hospitales de segundo y tercer nivel deben empezar a ampliar su cobertura”, aseguró.
En Panamá existen 778 instalaciones de salud, de acuerdo con cifras de la Contraloría General de la República de 2023. Hay 62 hospitales, 276 centros de salud y policlínicas y 440 subcentros y puestos de salud.
La distribución específicamente de los hospitales no siempre es proporcional a la población en cada provincia o comarca. La provincia de Herrera, por ejemplo, cuenta con una población de 119.274 habitantes y tiene 5 hospitales, mientras que Panamá Oeste solo cuenta con 4 hospitales a pesar de tener 653.665 habitantes.
En cuanto a la distribución de médicos, las comarcas indígenas están prácticamente olvidadas. Hay dos médicos en la comarca Emberá Wounaan, 4 en Gunayala y 37 en la comarca Ngäbe Buglé, una cifra minúscula comparada con los 392 que hay en Veraguas, 1.013 en Chiriquí o 3.806 que hay en la provincia de Panamá, de acuerdo conlas cifras de Contraloría de 2023.
Al consultar al Minsa sobre cifras más actuales, detallaron que hasta junio de 2025 en todo el país hay 1.915 médicos generales y 1.498 especialistas (solo en instalaciones del Minsa, sin contar la CSS).
La clave, opina Pineda, está en reforzar el sistema de atención primaria, dar atención a los pacientes muchos antes de que necesiten ser hospitalizados. “La mayoría de los pacientes crónicos que requerimos de atención en el sistema de salud público en Panamá, sentimos que hay un deterioro o desapego, porque estos pacientes crónicos no reciben a tiempo sus diagnósticos”, lamentó. “Y cuando reciben los diagnósticos, llámese diabetes tipo 2 o alguna otra de las enfermedades crónicas y presión, entonces es muy probable que no tengan a disposición todas las herramientas terapéuticas, exámenes, diagnósticos, porque escasean nuestros medicamentos y la oportunidad de tener acceso a especialistas de estas enfermedades es muy difícil. Estos pacientes de diabetes o de hipertensión debieron ser vistos oportunamente en la atención primaria para que no hubieran terminado recayendo a necesitar insulina o medicamentos para la presión mucho más complejos”, añadió.
Julio Osorio, secretario de la Comisión Médica Negociadora (Comenenal) coincide en la importancia de la atención primaria. “Los resultados que usted ve de la insatisfacción de la población, son el resultado directo de la decisión de no establecer una atención primaria por parte de los cuatro últimos gobiernos”, declaró.
Una de las propuestas para mejorar la atención de salud es extender el horario de los centros médicos. El diputado Betserai Richards, proponente del proyecto de ley, explicó la iniciativa.
“Hemos sido testigos de cómo a nuestros ciudadanos les toca madrugar a las 3 de la mañana para conseguir un cupo de medicina general o para ginecología, para urología o para odontología, servicios básicos de especialidades que son preventivas y que se tienen que brindar a la comunidad y que es el Estado el que debe garantizar esa atención médica, según la Constitución. Entonces, nosotros evaluamos qué era lo que estaba sucediendo, incluso hicimos el ejercicio de recorrer algunos centros de salud y nos percatamos de que incluso ya a las 9 de la mañana no hay cupos. No hay cupo para medicina general, no hay cupo para ninguna de las atenciones ni para laboratorios, no hay cupo para sacar carné blanco ni carné verde de salud”, relató el diputado.
“Los médicos en muchas ocasiones no marcan, sino que lo miden con base en la cantidad de pacientes, y cuando terminan con los pacientes asignados, aunque sean las 9-10 de la mañana, ya se retiran, cosa que no nos parece responsable. Consideramos que el horario sólo hasta las 3 de la tarde, que es el actual, no es viable tomando en consideración que eso coincide con el propio horario de los ciudadanos, el horario laboral. La base de este proyecto es que en la mayoría, por lo menos en el 90 % de los centros de salud, se pueda ampliar el horario de 7 de la mañana a 7 de la noche. Y un porcentaje más pequeño, pero que tiene que ver con las regiones de salud, puedan incluso abrir los fines de semana”, detalló.
Yelkis Gil, directora general de Provisión del Minsa, quien respondió que ya la institución realiza extensión del horario. “Actualmente tenemos 106 instalaciones con extensión de horario, que dentro de esas 106 instalaciones, los hospitales, todos cumplen o tienen que cumplir con horario extendido, o sea, cumplir y trabajar 24 horas y 6 días a la semana, 365 días al año. Nuestras extensiones de horario pueden variar a 7 de la noche a 11 de la noche, o lo podemos hacer hasta cumplir la madrugada, de lunes a viernes, y hacemos también algunas intervenciones de extensión de horario los fines de semana”, detalló. Recalcó que el Minsa no se pronuncia a favor o en contra del proyecto, solo dando recomendaciones sobre su viabilidad.
En ese punto, advirtió el desafío de mantener los recursos económicos. “Hemos hecho hincapié en que lo más importante dentro de un anteproyecto para establecer un tipo de estrategia es la sostenibilidad financiera. Porque para nosotros incluso mantener estas 106 instalaciones con horario extendido, que podemos hacer de dos formas, a través de contratación de recursos humanos o a través de jornadas extraordinarias. Y la jornada extraordinaria es aquella que comenzó el profesional en su jornada laboral de 6 de la tarde y se tiene que quedar en esa jornada extendida, que se genera como turno extraordinario. Nosotros como Ministerio de Salud hemos sido sometidos a recortes. Si se recorta, obviamente se ve un impacto en el tema de extensión de horario. Yo creo que el proyecto debe ir más caminando a buscar la sostenibilidad en mantener la estrategia de las 106 instalaciones que ya tenemos y viabilizar aquellas solicitudes que ya nosotros estamos evaluando,” puntualizó.
El secretario de la Comenenal contó cómo en la práctica se aplican estas extensiones. “El Minsa ya empezó a hacerlo desde enero, empezaron por allá por Darien, les dijeron a los médicos: bueno, ahora ustedes ya no van a trabajar de lunes a viernes. Ahora ustedes van a trabajar unos de lunes a viernes, pero otros van a trabajar de martes a sábado y otros de miércoles a domingo. Ese es el horario extendido, porque ahora cubre el sábado y domingo”, detalló.
Denunció que no se está pagando la remuneración adicional que establece la Constitución por trabajar fines de semana y días de asueto. “Para quitarles los turnos para pagarles menos, así no. Oiga, si usted quiere mejorar la cobertura, no pase agachado. Nombre más gente y pague turnos para que entonces sí diga a la población que está dando una buena cobertura. Nosotros no nos oponemos, pero sabemos que para eso se necesita plata, y lo peor, plata hay. Lo que pasa es que se la gastan en proyectos y programas que no tienen ni pie ni cabeza, pero plata sí hay, pero hay que saberla gestionar”, sentenció.